La presión se cierne sobre un Djokovic desconocido para Becker

Por Ignacio Encabo (dpa)

Melbourne, 20 ene (dpa) - Acostumbrado a despegar cada temporada en el mes de enero ganando el Abierto de Australia, el serbio Novak Djokovic afronta ahora una etapa marcada por la incertidumbre tras ser eliminado en segunda ronda y permitir, según su ex entrenador Boris Becker, que el tenis dejara de ser su prioridad.
"Espero que Novak regrese a sus orígenes, al plan inicial, y que recuerde lo que le hizo ser bueno. Ahí está la clave, que afronte esta situación y que sea honesto consigo mismo", analizó Becker en Melbourne en declaraciones a "The New York Times".

Número dos del mundo y seis veces campeón en Australia, Djokovic perdió el jueves 7-6 (10-8), 5-7, 2-6, 7-6 (7-5) y 6-4 ante el uzbeco Denis Istomin, 117 del ranking.

El encuentro dejó boquiabierto a la Rod Laver Arena y "perplejo" a Becker, entrenador del serbio hasta hace poco más de un mes. Ese Djokovic no era "su" Djokovic, era un tenista desconocido para él, pasivo, sin carácter. "No vi la intensidad, no le vi la voluntad total de querer ganar, no le vi volviéndose loco mentalmente".

Con el análisis del ex tenista alemán coincidió hoy Toni Nadal, tío y entrenador del español Rafael Nadal. "No estuvo a su nivel, no imprimió gran velocidad y falló más de lo normal. Setenta y dos fallos son fallos sin que el otro te apure más de la cuenta".

Becker, ex número uno, conoce al serbio como pocos. Fue su entrenador las tres últimas temporadas, en las que Djokovic ganó en total seis títulos de Grand Slam y 14 Masters 1000, un dominio abrumador.

Pero dejó de entrenarlo al ver que su pupilo, según sus propias palabras, dejaba de entrenar como debía. Algunos medios aseguran que también influyó el papel del español Pepe Imaz, consejero espiritual del serbio que fue ganando peso en el equipo de "Nole".

"En la segunda mitad de 2016 tuvo otra prioridad", lamentó Becker. "Novak fue el primero en admitirlo y creo que ésa fue la principal razón por la que lo dejé".

Djokovic, que perdió el número uno del mundo tras su declive en la segunda mitad de 2016, arrancó la nueva temporada ganando en la final de Doha a Andy Murray y apuntaba a su séptimo Abierto de Australia.

El serbio ganó en 2008 en Melbourne el primero de sus 12 grandes, pero su explosión definitiva no llegó hasta 2011. Fue también en Melbourne: el "avión Djokovic" despegó aquella temporada con tres títulos de Grand Slam, Australia, Wimbledon y US Open.

El tenista de Belgrado volvería a ganar Australia en 2012, 2013, 2015 y 2016. Llegó, al menos, a tres finales de Grand Slam cada una de esas cuatro temporadas. La única vez que desde 2011 no alcanzó semejante estadística fue en 2014. En aquella ocasión se despidió de Australia en cuartos.

"Australia era la piedra sobre la que construía el resto del año. Le permitía afrontar el año con menos presión y siempre fue así", indicó Becker en la cadena Eurosport, donde comenta el torneo para Alemania. "Irse a casa tan pronto es algo nuevo para él".

"Va a llegar con más presión al resto de la temporada, evidentemente", añadió por su parte Toni Nadal. "Cuando consigues ganar el Open de Australia ya sabes que la temporada está de algún modo salvada, no la vas a calificar de mala, has cumplido".

Djokovic, de 29 años, defenderá hasta junio 5.700 puntos del ranking y los títulos de Indian Wells, Miami, Madrid, Roma y Roland Garros.

El serbio, que resumió su derrota en Australia alabando el gran nivel de Istomin y admitiendo que no tuvo "buenas sensaciones" en la pista, dijo que ahora lo que quiere es reposar.

"Ahora quiero ir a casa a descansar y pasar tiempo con mi familia", dijo en su última rueda de prensa en Melbourne.

En 2014, la única vez desde 2011 que dijo adiós a Australia de forma prematura, también se fue a casa a descansar. Pero también a trabajar: ganó Indian Wells, Miami, Roma, Wimbledon, Pekín, París y el Masters de Londres. Acabó el año como número uno del mundo.