Estudio revela que los bebés alemanes lloran menos que los italianos

Warwick (Reino Unido), 3 abr (dpa) - Los bebés de países como Alemania y Dinamarca gritan y lloran de media menos que los de Reino Unido o Italia, por ejemplo, concluyó un estudio del psicólogo Dieter Wolke, de la Universidad de Warwick, en Inglaterra, publicado hoy en la revista "The Journal of Pediatrics".
Wolke y su equipo analizaron los datos del comportamiento de casi 8.700 niños de nueve países industrializados: Alemania, Reino Unido, Canadá, Australia, Estados Unidos, Italia, Holanda, Dinamarca y Japón.

Aunque solo se puede especular sobre las causas de este resultado, los expertos explican que una de las posibles razones son las diferencias en las condiciones sociales o económicas en el cuidado de los recién nacidos.

Por ejemplo, el nivel de estrés de la madre puede variar en función de la normativa de maternidad y el apoyo social que reciba, indican los investigadores.

Asimismo, explican que podrían entrar en juego factores genéticos, pues al fin y al cabo entre los adultos de diferentes lugares también se aprecia que por lo general unos son más reservados y otros más extrovertidos.

La forma de alimentar al bebé también podría influir en el comportamiento. Los niños que son alimentados con biberón se despiertan menos por las noches que los que toman el pecho, por lo que al cabo de un día se reducen los gritos y lloros.

También ayuda el contacto físico y que los padres estén tranquilos y no acudan enseguida al niño en cuanto empieza a llorar, sino que esperen un poco a ver si se calma solo, explica Wolke.

Además, es importante también que los padres sepan que en torno al 40 por ciento de los lloros de los primeros tres meses de vida son inevitables. "A menudo los padres piensan que hacen algo mal o que al bebé le pasa algo cuando no son capaces de calmarlo rápidamente", indica el experto.

Para el equilibrio emocional de los progenitores es importante que sepan cuánto llora un bebé normal. Por desgracia, en los cursos de preparación al parto no se da información al respecto, lamenta Wolke.

En las guías para padres se afirma a menudo que se puede diferenciar el lloro causado por hambre, del causado por dolor o por aburrimiento. Sin embargo, no hay ninguna base científica que lo sustente. "Solo se puede diferenciar la intensidad", dice.

El estudio de los británicos se basa en los datos de 28 informes previos en los que se registró el comportamiento de los bebés en intervalos de cinco minutos.

El análisis de los resultados concluyó que los bebés lloran o gritan de media dos horas al día en las primeras dos semanas de vida. Este tiempo aumenta a las dos horas y 15 minutos a las seis semanas y se reduce a una hora y 10 minutos con 12 semanas, apuntan los investigadores.

"Los padres a menudo no están preparados para la cantidad de gritos y lloros de los primeros tres meses", dice Wolke. Además, las diferencias individuales son enormes: en el estudio participaron bebés que solo lloraban una media hora al día y otros que lo hacían hasta cinco horas.

A veces los padres están tan superados por los gritos de su bebé que cometen errores graves. De hecho, más de 85 por ciento de los casos de síndrome del bebé sacudido están relacionados con un llanto excesivo del niño, explica Wolke.

El fuerte zarandeo lleva al hospital a 30 de cada 100.000 bebés y a menudo tiene consecuencias graves como la muerte o causa discapacidad en el niño.

"Por eso se debe tener muy en cuenta la preocupación de los padres en relación al lloro", insiste el psicólogo.

Según los análisis, los bebés británicos, italianos, canadienses y holandeses lloran más que los daneses, alemanes y japoneses. En Alemania, por ejemplo, los bebés de entre una y dos semanas de vida gritan de media 69 minutos al día y con tres semanas y cuatro semanas, 81 minutos. En cambio, los bebés canadienses de tres y cuatro semanas lloran de media 150 minutos al día, al igual que los holandeses.

También llaman la atención las diferencias en la tasa de cólicos en bebés de entre tres y cuatro semanas en Dinamarca (6 por ciento) y Alemania (7 por ciento) frente a las mucho más altas en Canadá (34 por ciento), Reino Unido (28 por ciento) e Italia (21 por ciento).

Sin embargo, los investigadores advierten de que en los resultados también influye la percepción de las madres, que fueron las encargadas de rellenar los diarios de registro.

Los análisis prueban una vez más las grandes diferencias que existen en lloro de los bebés y que las variaciones son normales, explica Wolke. Sería interesante investigar si en los países en los que son más reducidos influyen factores como el comportamiento de los padres, las experiencias durante el embarazo o la herencia genética, añade.