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Judith Kerr, la autora que llevó a las aulas alemanas la persecución nazi



Por Christoph Meyer (dpa)

Londres, 13 jun (dpa) - Sus libros marcaron a generaciones de británicos y alemanes, aunque de manera muy distinta. La obra de Judith Kerr, escritora e ilustradora infantil británica que huyó de la Alemania nazi y que habría cumplido 100 años este miércoles, sigue teniendo vigencia más allá de su muerte.


La autora de "Cuando Hitler robó el conejo rosa" llevó el tema de la persecución a los judíos a las aulas de primaria en Alemania, a la vez que les mostró a los británicos que aprender a leer podía ser divertido.


Y que Kerr lograra llegar a una edad avanzada -falleció a los 95 años en 2019- y no fuera asesinada por los nazis se debió a una "loca suerte", según comentaría luego la escritora varias veces.


La autora había nacido en el seno de una familia judía en Berlín, que se vio obligada a huir poco antes de que Hitler tomara el poder. A través de Suiza y Francia, arribó al Reino Unido en 1936.


La salida de Alemania pudo concretarse gracias a que su padre fue advertido por un policía anónimo por teléfono. Y es que el posterior ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels había colocado al renombrado crítico teatral Alfred Kerr en la lista de la muerte incluso antes de que Hitler ascendiera al poder.


La historia de la huida de Alemania y de la nueva vida en el exilio fue la base para su libro en parte autobiográfico sobre Ana, de nueve años, que debe dejar a su conejo rosa al escapar del país. Posteriormente, se convirtió en una trilogía.


Hasta su muerte en 2019, Judith Kerr tuvo el deseo de agradecerle al policía que había realizado ese llamado anónimo, según relató su amiga Deborah Vietor-Engländer en diálogo con dpa, poco antes del centésimo aniversario del nacimiento de la autora. 


"Nunca tuvo la posibilidad de agradecerle a este policía. Y le hubiera encantado hacerlo", afirmó la filóloga británica jubilada, cuya familia también tuvo que huir de los nazis, pero que ahora vive en Alemania.


El agradecimiento de Kerr también fue extensivo especialmente para los británicos, que la recibieron con una enorme disposición a ayudar.


La autora no solamente adoptó la ciudadanía, sino que contrajo matrimonio con el guionista de televisión Nigel Kneale, creó una familia y se convirtió en una de las escritoras infantiles más exitosas del país.


Hasta su muerte, vivió en Londres. Su hijo Matthew también se volcó a las letras, a la vez que su hija Tacy se dedicó a la pintura.


En el Reino Unido, se la conoce sobre todo por los libros ilustrados "El tigre que vino a tomar el té" y por la serie de libros sobre el gato Mog, enormemente exitosos.


Vietor-Engländer explicó porqué estos libros-álbum fueron tan bien recibidos por los británicos: "En Inglaterra había libros muy tontos para aprender a leer. Yo también los tuve en la escuela". Y luego añadió que "así tuvo la idea de escribir libros para niños pequeños que aprenden a leer".


La amistad de esta filóloga de actualmente 76 años con Kerr nació a partir de la investigación sobre la vida y obra de Alfred Kerr (1867-1948), sobre quien publicó en 2016 el ensayo "Alfred Kerr: La biografía".


Vietor-Engländer confirmó que el estrecho vínculo de Kerr con su padre tuvo un muy importante papel a lo largo de su vida. Incluso en su lecho de muerte, la escritora recitó un poema que su querido padre le había escrito.


En el exilio inglés, sin embargo, este hombre amante de la lengua alemana estuvo condenado a la intrascendencia, al menos en el plano profesional.


Su hija Judith, en tanto, iba a describir en sus libros de manera impactante la huida de Alemania y la vida en el exilio inglés, y también cómo iban férreamente de la mano la búsqueda de protección frente a la persecución con la necesidad de encontrar trabajo y pan.


De hecho, por razones económicas, la familia se trasladó de Francia al Reino Unido. "Eso nos salvó la vida, si nos hubiéramos quedado en Francia, los alemanes nos habrían atrapado", manifestó una vez.


Judith Kerr solamente estuvo en Alemania de manera esporádica tras el fin de la guerra. Durante mucho tiempo le parecía un lugar inquietante. 


Pero eso cambió con el éxito de "Cuando Hitler robó el conejo rosa", con el que ganó el Premio de Literatura Juvenil alemán en 1974 y que se convirtió en material de lectura en las aulas de Alemania.


A la autora de origen alemán le sorprendió ese éxito: "Estaba anonadada, porque pensaba: 'quién va a querer leer un libro así'". Más tarde, una escuela primaria en Berlín fue bautizada con su nombre.

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