Fundación alemana busca alentar que más adultos lean a los niños

Mainz (Alemania), 14 may (dpa) - La fundación alemana de promoción de la lectura Stiftung Lesen busca alentar que las familias lean más en voz alta a los más pequeños, y apuntó que los hombres son los que menos lo están haciendo.


"A muchos padres les cuesta leerles a sus hijos", dijo a dpa la gerente de los programas de Stiftung Lesen, Sabine Uehlein, con motivo del Día de la Familia este lunes. "Falta sobre todo la perspectiva masculina", añadió en la ciudad alemana de Mainz.


Por eso la fundación busca promover la lectura en las familias con libros para niños de dos a siete años en siete idiomas y apps sin costo para el teléfono móvil con historias para leer juntos, entre otras cosas.


De acuerdo con los especialistas, leerles a los niños entre 10 y 15 minutos cada día es una buena forma de enseñarles a leer. "Deberíamos prometerles a los niños: 'Cuando dejes la escuela primaria, sabrás leer'", dijo Uehlein. Señaló que cuatro de cada diez niños terminan la escuela primaria con dificultades para leer, y añadió que esto empeoró durante la pandemia.


"La competencia lectora y la motivación para leer son dos caras de la misma moneda. Cuando no alcanzan la fluidez y la velocidad para la lectura, tampoco es posible leer con sentido", explicó. "Lo que no se ha aprendido de vocabulario y comprensión lingüística en los primeros seis años es muy difícil de corregir", añadió.


"A cuatro de cada diez chicos de uno a ocho años se les lee poco o nunca en casa", dijo Uehlein. "Alrededor de 6,2 millones de los adultos de entre 18 y 64 años que hablan alemán en Alemania no pueden leer y escribir correctamente", apuntó. Indicó que a esto se suman otras causas, como la inseguridad y la falta de modelos a seguir.


Uehlein señaló que muchos padres tampoco tienen el tiempo y el espacio para leerles a sus hijos o no les divierte. Otros, en tanto, opinan que a sus hijos no les gusta leer o creen que esto es tarea de los jardines de infancia y las escuelas. A otros, en cambio, les falta material en su idioma de origen. 


Por eso, fueron traducidos ahora nueve libros ilustrados de los que más gustan a los niños en cooperación con seis editoriales infantiles y se podrán conseguir a partir del otoño europeo también en árabe, farsi, polaco, rumano, ruso, turco y ucraniano.


"Como sociedad todavía no tenemos en claro cuántos niños se crían en familias en otros idiomas", dijo Uehlein. "Si los libros solo existieran en alemán, los padres ni siquiera se los leerían", explicó. "Dejamos de lado demasiado potencial al decir 'para ti no hay nada'", añadió.


Asimismo, opinó que también hay que "romper y bajar del pedestal" el concepto de lectura. "No se trata del buen libro. Hay una historia que va bien con cada niño y cada persona", dijo Uehlein. "Tampoco tiene por qué ser siempre un libro", añadió. Indicó que la lectura también se fomenta con cuentos digitales y en laboratorios multimedia. "Con los niños pequeños también basta con contar lo que se ve en las imágenes: eso también es leerles", añadió.


"Las diferencias de nivel en una clase son tan grandes que los maestros de primaria tienen que ofrecer hoy en día entre tres y cuatro materiales diferentes", contó Uehlein. Señaló que la ciudad-estado de Hamburgo, por ejemplo, promueve de manera ejemplar la lectura y, entre otras cosas, hace relevamientos de la capacidad de lectura ya a los 4,5 años y toma medidas para la promoción de la lectura en consecuencia.


La especialista añadió que no solo los padres pueden leerles a los niños. Para ganar más socios para la lectura, la fundación quiere crear puntos en todas las bibliotecas y librerías para formar a personas que, tras un breve entrenamiento, puedan leer a los pequeños en alguna institución.