Alianza 90/Los Verdes cumple 30 años como fusión entre las dos Alemanias

Por Birgit Zimmermann y Martina Herzog (dpa)

Leipzig/Berlín, 4 may (dpa) - Aunque a nivel internacional se los conoce como Los Verdes, el nombre completo del partido ecologista alemán es Alianza 90/Los Verdes, una asociación de la que se cumplen ahora 30 años y que buscó integrar también a Alemania del Este en el proyecto.


De hecho, el partido es el único representado en el Bundestag (Parlamento) que contiene en su nombre una representación de Alemania Oriental, paradójicamente pese a sus dificultades para atraer el voto en los estados federados que la conforman.


El 14 de mayo de 1993, la fusión de "Bündnis 90" (Alianza 90) con Los Verdes estuvo acompañada de nobles palabras: el objetivo era romper "las barreras en las mentes y los corazones", y los nuevos partidos amigos debían aceptarse mutuamente "en respeto y asociación".


El partido celebra el acontecimiento este sábado con un acto en la ciudad de en Leipzig. Pero, ¿cuánto de Alianza 90 queda hoy en Los Verdes?


Un vistazo a las cifras de afiliación y los resultados electorales demuestra que la respuesta es compleja: solo el ocho por ciento de los 126.451 afiliados procede de los estados del este de Alemania, sin incluir Berlín, pese a que allí vive el 15 por ciento de la población germana.


En las elecciones federales, Los Verdes obtienen peores resultados en los estados del este que en el conjunto de Alemania, aunque en las regionales han ganado terreno en los últimos años, si bien no demasiado.


"El votante de Los Verdes suele ser una persona que ha ido a la universidad y es mujer. Y de esto hay poco en el Este", dice la diputada verde Paula Piechotta.


Ninguna región de Europa está tan envejecida como Alemania Oriental, añade, con un elevado excedente de hombres y la emigración de cuatro millones de personas.


Pese a ello, su antecesora como diputada por Leipzig en el Parlamento federal, Monika Lazar, señala lo positivo: "Para nuestros estándares, hemos crecido de manera gigantesca en los últimos cinco o seis años, relativamente incluso más que en el oeste, y también en la ciudad y el campo".


Hace 33 años, tanto entre muchos activistas por los derechos civiles de la extinta República Democrática Alemana (RDA) como entre una parte nada desdeñable de Los Verdes occidentales había reservas sobre la reunificación alemana.


Muchos ecologistas de Alemania Occidental desconfiaban del movimiento de derechos civiles porque se oponía a un Estado socialista. Además, existía el temor a que resurgiera un nacionalismo alemán violento.


Pese a todo, el 3 de octubre de 1990, la República Democrática Alemana se adhirió a la República Federal, y tres años más tarde llegó la asociación entre Alianza 90/Los Verdes.


Una de las negociadoras fue la activista Marianne Birthler, responsable más tarde de la comisión que investigó los crímenes de la policía secreta de la Alemania comunista, la Stasi.


"Estábamos estructuralmente muy presentes, con los mismos derechos", recuerda Birthler. "Pero en la realidad apenas desempeñábamos un papel".


"Teníamos temas similares, es decir, medio ambiente, paz y derechos humanos. Pero culturalmente estábamos bastante alejados", añade la dirigente, hoy de 75 años. Y cuando ella opinaba de temas de Alemania occidental, "siempre me miraban como si estuviera moviendo armarios en una vivienda ajena".


Birthler explica los modestos resultados electorales de su partido en Alemania Oriental en los años 90 por la falta de terreno fértil para las ideas ecologistas. "La gente decía: primero queremos el milagro económico y luego votaremos a Los Verdes".


Lazar añade que durante su paso por el Bundestag solía recordar a sus compañeros que hay cosas que siguen siendo diferentes en el este de Alemania, algo tabú durante los primeros veinte años.


Otro desafío para el partido ha sido el avance de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en el este, que en las elecciones federales de 2017 obtuvo en Sajonia más votos que la Unión Demócrata Cristiana (CDU). Muchos en Los Verdes dieron entonces a Sajonia por perdida y consideraron que no merecía la pena dedicarle recursos. Así que Piechotta y sus compañeros luchan por su espacio también dentro de su propio partido.