Estudio: jornada reducida alemana es modelo competitivo mundialmente

Núremberg (Alemania), 19 abr (dpa) - El régimen alemán de trabajo a jornada reducida con prestaciones estatales para paliar la crisis causada por la pandemia fue una medida sensata en la comparación internacional, indica un estudio del Instituto de Investigación Laboral (IAB).


Los autores del estudio, el director del IAB, Bernd Fitzenberger, y su vicepresidente, Ulrich Walwei, explicaron en entrevista con dpa que la medida aplicada por Alemania fue en parte superior a los modelos aplicados en el extranjero, aunque también presentó puntos débiles.


"En Alemania marchó muy bien hasta mediados de 2021. En cuanto al modo de dejar de aplicar el sistema, hay margen de mejora", indicaron.


Los expertos señalaron que otros países europeos en parte suprimieron los programas especiales de apoyo mucho más rápido que Alemania.


Los directivos del IAB agregaron que el objetivo de vincular el fomento de la formación profesional con el trabajo a jornada reducida, en el que el Estado asumió una parte del sueldo para evitar las quiebras, no tuvo éxito en Alemania.


Por otra parte, no se produjo el temido efecto de que las empresas que no habrían podido sobrevivir se mantuvieran temporalmente con vida gracias al apoyo estatal. Los autores del estudio apuntaron que no se produjo ninguna oleada de insolvencias o despidos tras el trabajo a jornada reducida.


Casi seis millones de personas en Alemania tuvieron trabajo a jornada reducida en el punto álgido de la crisis en abril de 2020. La Agencia Federal de Empleo tuvo que desembolsar más de 20.000 millones de euros (21.900 millones de dólares) en concepto de prestaciones por trabajo a jornada reducida solo en 2020.


El estudio comparó el sistema alemán con las ayudas al trabajo a jornada reducida de Italia, España, Francia, Australia y Estados Unidos.


El análisis concluyó que no mereció la pena emular los modelos no europeos. En Australia, las subvenciones salariales se pagaron simplemente a las empresas, con la consecuencia de considerables pérdidas por aportaciones a las compañías que no las necesitaban.


En Estados Unidos, en muchos estados no se ofreció ningún tipo de ayuda estatal, sino que se aceptó temporalmente el desempleo.


Otros sistemas europeos de trabajo a jornada reducida durante la pandemia, en los que fue más fácil tener acceso que en Alemania, consiguieron salir más rápidamente de las regulaciones especiales.


En Italia, por ejemplo, se introdujo una normativa que obliga a las empresas a pagar posteriormente cotizaciones más elevadas al fondo de trabajo a jornada reducida si solicitaban prestaciones del programa.


Gracias a un generoso régimen de jornada reducida, España experimentó su primera recesión en la que el descenso del producto interior bruto fue mayor que el del empleo. En el punto álgido del programa, el 20 por ciento de los empleados tenían jornada reducida.


España fue el primer país de la Unión Europea en suprimir progresivamente el régimen de fuerza mayor en junio de 2020 y reducir gradualmente las regulaciones especiales.


En Alemania, ciertas medidas relacionadas con la jornada reducida siguen vigentes hasta junio de 2023.