Equipo científico de Alemania busca la súper alga marina en el Báltico

Por André Klohn (dpa)

Kiel (Alemania), 21 abr (dpa) - Las algas marinas almacenan dióxido de carbono y son el hábitat de numerosos habitantes del mar, por lo que un equipo de investigadores busca en Alemania especies que puedan hacer frente al aumento de la temperatura del mar Báltico.


El agua en el fiordo de Kiel aún está fría en abril, tiene unos siete grados de temperatura. La visibilidad del buzo del Centro para la Investigación Océanica Geomar Helmholtz a dos metros de profundidad es muy buena para los estándares del mar Báltico.


La científica Angela Stevenson y su colega Tadhg o Corcora han sembrado por primera vez este año semillas de cosecha propia, con éxito.


"Hay hierba", exclama Stevenson al emerger de los campos de ensayo. La primera vez que sembraron semillas en ese lugar fue en febrero.


"Las algas marinas son nuestros arrecifes de coral, aumentan la biodiversidad y almacenan carbono en el suelo", explica el biólogo Thorsten Reusch. Dirige el área de Ecología Evolutiva Marina en el centro de investigación de Kiel, en el noreste de Alemania. 


El experto afirma que el beneficio para la protección del clima por metro cuadrado es similar al de las turberas elevadas.


"Una hectárea de pradera de algas marinas almacena unas dos toneladas de dióxido de carbono al año", detalla Reusch, que afirma que las praderas de algas marinas en aguas alemanas almacenan en total unas diez megatoneladas de CO2.


El investigador explica que en aguas alemanas del mar Báltico solo quedan menos de 300 kilómetros cuadrados de praderas de algas marinas. Según sus estimaciones, se perdió cerca del 60 por ciento de la superficie que había a principios del siglo XIX.


La causa principal, indica, es la agricultura intensiva porque el aporte de compuestos nitrogenados procedentes de los fertilizantes favorece el crecimiento de algas planctónicas. Reusch señala que estas algas planctónicas restan luz y, en casos extremos, asfixian las praderas marinas.


El calentamiento de los mares pone en peligro las superficies que quedan. "El mar Báltico se calienta tres veces más rápido que los océanos del planeta", sostiene Reusch. 


"En el Báltico se incumplió hace tiempo el objetivo climático del Acuerdo de París de limitar en lo posible el aumento de la temperatura a 1,5 grados", dice. 


Su equipo ha descubierto que el umbral para las praderas marinas locales es de 25 a 26 grados. "Estas praderas mueren si se superan estas temperaturas durante un período muy largo de calor en el verano", alerta. 


Su equipo quiere buscar en el verano europeo plantas que hayan estado expuestas a temperaturas más altas en zonas de aguas poco profundas de la bahía de Kiel.


"Esperamos que la variación genética de nuestras poblaciones ya contenga individuos de este tipo que puedan hacer frente al futuro cambio climático. Así que queremos encontrar la súper pradera de algas marinas que ya esté adaptada al cambio climático", declara.


También podría ocurrir, señala, que ninguna planta sobreviva más tiempo al estrés térmico en las zonas de lagunas entre bancos de arena. Pero Reusch es optimista y destaca que incluso en los arrecifes de coral sometidos a estrés térmico hay algunos sobrevivientes individuales, los llamados supercorales. 


Los investigadores de Kiel siembran algas en las costas marinas desde hace dos años. Hasta ahora han plantado unos 3.000 metros cuadrados. 


Los científicos cosecharon en el último verano europeo las primeras 70.000 semillas de "sus" praderas marinas. "Es como recoger flores en el prado", explica Stevenson. La investigadora canadiense llegó al norte alemán desde la Columbia británica para trabajar en este proyecto. 


"Nuestro objetivo este verano es cosechar un millón de semillas", anticipa Reusch. Los investigadores de Kiel han calculado que el número de praderas de algas marinas en aguas alemanas podría aumentar considerablemente si se redujera de forma permanente el aporte de contaminantes.


"Con una reconstrucción, podemos contribuir a reducir la huella de carbono de Alemania", aseguran.