Alemán Arved Fuchs, viajero incansable entre los polos, cumple 70 años

Por Sönke Möhl (dpa)

Bad Bramstedt (Alemania), 21 abr (dpa) - Desde hace décadas, Arved Fuchs emprende viajes entre los polos, y el cambio climático es lo que cada vez inquieta más al escritor y explorador polar alemán que pronto cumplirá 70 años y no piensa en absoluto en jubilarse.


Ya tiene un plan concreto. Con su velero "Dagmar Aaen", que demostró su valía numerosas veces, partirá poco después de su cumpleaños el 26 de abril hacia la próxima etapa del proyecto "Ocean Change", conduciendo a la tripulación por las aguas de los mares del Norte y Báltico.


Como base, Fuchs utilizará la casa donde nació en la pequeña ciudad de Bad Bramstedt, al norte de Hamburgo. En medio de un paisaje caracterizado por pantanos, bosques y praderas, pudo desarrollar su afán aventurero, explorador e investigador ya desde niño.


Allí se paseaba por las aguas de la zona con una balsa que él mismo construyó y también en canoa. Fuchs relata que siempre tuvo afán de aventuras.


La familia no tenía televisión, pero sí muchos libros, por ejemplo, de Fridtjof Nansen y Roald Amundsen, que atrajeron al joven Fuchs a la región ártica a una edad temprana. Entre sus antepasados también hubo marinos.


Sus padres le dieron una visión cosmopolita y la oportunidad de conocer otros países europeos a una edad temprana. Fuchs partió una y otra vez en excursiones de senderismo, ciclismo y remo. "La proximidad de Escandinavia también me marcó", comenta.


Aunque las primeras expediciones, como la travesía de Groenlandia, seguían teniendo mucho que ver con la puesta a prueba de los propios límites físicos y psicológicos, el aspecto de la protección de la naturaleza, especialmente de las vulnerables regiones polares, fue cobrando cada vez más importancia para Fuchs con el paso del tiempo.


"Cuando uno percibe que algo está siendo destruido, esto no me da igual, al menos a mí. Siempre he sido una persona con pensamiento político", asevera el escritor y explorador polar.


La expedición "Icewalk" en el Polo Norte, bajo el auspicio de las Naciones Unidas y a la que Fuchs fue invitado a participar, ya giraba en torno al cambio climático. "El tema del medio ambiente siempre estuvo muy presente", recalca el explorador.


Alrededor del cambio de milenio, Fuchs se dio cuenta de que la situación en el Polo Norte estaba modificándose rápidamente debido al cambio climático.


"Cuando se hacen viajes extremos como esos, uno se convierte en un buen observador", señala. Por eso, Fuchs sintió la obligación de informar sobre lo que estaba sucediendo.


Una expedición espectacular fue la de 1989/1990 junto con el alpinista tirolés Reinhold Messner, con el cruce de la Antártida a pie.


Fuchs comenta al respecto: "El Polo Norte es incomparablemente más difícil que el Polo Sur", porque al primero solo se puede llegar en invierno a temperaturas bajo cero a través del hielo a la deriva, que crea obstáculos infranqueables.


"El esfuerzo es mucho mayor", explica, agregando que, en cambio, al Polo Sur se llega por tierra firme en el verano austral a temperaturas menos frías.


"Hay un mundo de diferencia entre 35 y 50 grados bajo cero", afirma. El logro especial de Fuchs por aquella época fue convertirse en la primera persona en alcanzar el Polo Norte y el Polo Sur en un año.


En 2015, Fuchs creó el proyecto "Ocean Change", que gira en torno a los cambios en los océanos y cómo documentarlos, reflejando por ejemplo los efectos del cambio climático o la basura en la naturaleza y las personas.


Fuchs coopera con el Centro Helmholtz Geomar de Investigación Oceánica de Kiel, que recibe datos durante las travesías del "Dagmar Aaen" de zonas por las que nadie más viaja.


Fuchs aclara que no es un científico, pero sostiene que la cooperación puede ayudar a que la ciencia alcance a más personas. "Solo resolveremos el problema del cambio climático si todos contribuimos", apunta.


Con el paso de los años, Fuchs fue adaptando sus emprendimientos a su edad. Hay que admitir, señala, que la capacidad física disminuye. "Hoy no podría arrastrar un trineo de 130 kilos por la Antártida, pero tampoco quiero hacerlo", indica.


Para Fuchs es muy importante compartir experiencias, no solo vertiéndolas en sus libros y conferencias, sino también transmitiéndolas a su equipo, en el que colaboran numerosos hombres y mujeres jóvenes.


Por otra parte, el explorador ya piensa en qué sucederá algún día con su velero "Dagmar Aaen". Fuchs adelanta que, desde ya, le agradaría destinarlo a algo relacionado con la juventud y el medio ambiente.