Se cumplen 200 años del final del carnaval rebelde en la alemana Colonia

Por Christoph Driessen (dpa)

Colonia (Alemania), 9 feb (dpa) - El carnaval de Colonia fue durante siglos la encarnación de la indisciplina, pero todo cambió hace 200 años, después de que la ciudad alemana pasara a estar controlada por el conservador Reino de Prusia.


De hecho, en la actualidad la fiesta de Colonia no tiene precisamente fama de subversiva. En el desfile principal del Lunes de Carnaval participan como invitados de honor representantes del Gobierno del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, como el ministro del Interior regional, el democristiano Herbert Reul.


Esta proximidad a los poderosos se remonta al primer desfile del Lunes de Carnaval, el 10 de febrero de 1823, que fue un intento de "civilizar" una fiesta hasta entonces anárquica.


Desde la Edad Media, el carnaval siempre había sido un "mundo al revés" en el que los pobres y desvalidos disfrutaban durante unos días de la "libertad de los tontos" y podían burlarse de los ricos señores. Pero la subversión tenía un efecto traumático en los buenos burgueses.


Las cosas no podían seguir así, sobre todo después de que Colonia, considerada de por sí liberal y desenfadada pero también caótica, cayera en 1815 en manos de una Prusia autoritaria y obsesionada con el orden.


Por eso, en el invierno de 1822-23, unos cuantos representantes de la clase alta de Colonia se sentaron para evaluar cómo domesticar el ambiente. Su modelo era el elegante carnaval veneciano.


Así que lo primero que hicieron fue importar el nombre y rebautizar la fiesta como "Karneval", en vez de la palabra germana "Fastnacht", utilizada hasta entonces y que hace referencia a la época anterior a la Cuaresma.


En segundo lugar, inventaron una mascarada romántica. Probablemente se inspiraron en las procesiones triunfales de príncipes y generales, pero sobre todo en la del Corpus Christi de la Iglesia católica.


El carnaval se convirtió en un gran negocio, completado con merchandising de la época. Otras ciudades se apresuraron a copiar el modelo de Colonia.


Por su parte, las autoridades policiales se encargaron de que la figura del "Rey del Carnaval" fuera sustituida por la del "Héroe del Carnaval". Después de todo, solo había un rey en Prusia, y estaba en Berlín.


Así, las clases altas se apropiaron del carnaval y los más pobres fueron excluidos. Aunque no sin resistencia, ya que por ejemplo el escritor revolucionario Franz Raveaux unió fuerzas con personas de ideas afines y organizó un carnaval alternativo.


El Lunes de Carnaval de 1845, Colonia vivió una sensación nunca vista ni antes ni después: dos desfiles que compitieron por el favor de los espectadores. Uno oficial y el otro de Raveaux.


En 1848, el carnaval de Colonia incluso dio el pistoletazo de salida a la Revolución de Marzo que democratizó Alemania aquel año. En el centro de la ciudad, un globo de gas con forma de un personaje cómico se elevó hacia el cielo, brillando con los colores republicanos negro, rojo y dorado, visibles desde lejos.


El negro representaba la pólvora, el rojo la sangre y el dorado la llama de la libertad. Menos de dos semanas después, Raveaux se presentó ante el rey Federico Guillermo IV en Berlín y exigió reformas. Como primer diputado demócrata de Colonia, entró en la Asamblea Nacional de Fráncfort, donde rápidamente llamó la atención por su talento oratorio.


Durante los meses siguientes, la Asamblea redactó la primera Constitución alemana, pero no consiguió hacerse con el poder real, especialmente con el control del Ejército. Así que los príncipes alemanes pudieron contraatacar en la siguiente oportunidad y disolverla.


Raveaux tuvo que huir. Condenado a muerte en Colonia por rebelión y alta traición, murió en el exilio en Bélgica con solo 41 años.


Los bufones no tardaron en volver a las andadas. La época en la que Franz Raveaux alborotó el carnaval de Colonia e irritó a los poderosos hasta el punto de ponerlos al rojo vivo ha sido desde entonces apenas un recuerdo lejano.