Activistas desafían a policías en desalojo de pueblo minero alemán

Erkelenz (Alemania), 12 ene (dpa) - Los activistas climáticos se mostraron hoy decididos a desafiar los esfuerzos policiales en la segunda jornada de desalojo de Lützerath, un pueblo minero en el oeste de Alemania.


La Policía alemana derribó una simbólica puerta de una de las últimas construcciones en pie de la localidad, una granja. Delante de esa puerta había dado en su día una rueda de prensa la activista climática sueca Greta Thunberg, fundadora de "Fridays for Future".


También allí el artista Thomas Baumgärtel había dejado grabado su sello personal, la imagen de un plátano, y Eckardt Heukamp, conocido como el "último granjero de Lützerath", había defendido la instalación durante 10 años.


La policía irrumpió tras derrumbar el portón en las instalaciones de la granja. Los agentes comenzaron a desalojar a los activistas encerrados en el interior, algunos de los cuales lloraban mientras eran sacados del edificio.


La acción forma parte de los continuos esfuerzos policiales por desalojar a los ecologistas del minúsculo pueblo abandonado, a unos 40 kilómetros al oeste de la ciudad alemana de Colonia, que fue comprado por la empresa energética RWE. Con el derribo del pueblo, la compañía pretende extender la mina de lignito a cielo abierto colindante.


La localidad se ha convertido así en el último punto álgido de una larga batalla entre los manifestantes contra el cambio climático -que exigen un replanteamiento radical de las políticas del Gobierno en la materia- y las autoridades.


La aldea está ahora completamente rodeada por una doble valla de dos metros de altura. La valla está casi terminada, solo faltan las puertas, indicó hoy un portavoz de RWE.


La policía intensificó sus esfuerzos para despejar la zona y desalojar a los activistas de las casas en los árboles construidas por ellos mismos. Los agentes utilizaron palas excavadoras para derribar una cabaña tras otra.


Así, la casa construida en un árbol por un activista, a 10 metros de altura, fue desmantelada y luego derribada, informó un reportero de dpa desde el lugar. Según la policía, había 27 casas en los árboles.


A la entrada de Lützerath, las excavadoras comenzaron ya los trabajos de demolición. Sin embargo, los activistas climáticos están decididos a ralentizar lo máximo posible el proceso de desmantelamiento.


Varios de ellos se pegaron a las casas que habían construido en los árboles, otros a los cristales de las ventanas. Tres mujeres utilizaron cemento para fijarse al suelo. Sin embargo, los agentes pudieron desprenderlas rápidamente, informó un reportero de dpa.


Los habitantes abandonaron Lützerath hace tiempo, pero los activistas llevan meses ocupando varios edificios atrincherados y su número ha aumentado en las últimas semanas. .


La víspera se produjeron enfrentamientos cuando la policía entró a primera hora para desalojar el lugar, después de que fracasara un último intento legal de los manifestantes de detener la operación.


Según la policía, se lanzaron piedras y cócteles molotov contra las fuerzas de seguridad al inicio de la acción. Pero las protestas siguieron siendo mayoritariamente pacíficas durante el primer día y la primera noche de la operación, agregó.


Unos 200 activistas abandonaron voluntariamente el lugar el miércoles, según el jefe de Policía de Aquisgrán, Dirk Weinspach.


Greta Thunberg anunció que se unirá a los manifestantes restantes este sábado, a pesar de que ya comenzaran hoy los trabajos de excavación.


Mientras tanto, a unos cuatro kilómetros de distancia, unas 800 personas se reunieron hoy para protestar por el desalojo de los activistas, según datos policiales.


Por su parte, Luisa Neubauer, activista germana de "Fridays for Future", asistió a la concentración en Lützerath y acusó a la policía de actuación desproporcionada.


El Gobierno federal y el regional acordaron con RWE adelantar a 2030 el fin a la explotación minera de carbón en la región, pero el acuerdo no salvó al pueblo de Lützerath.


El Gobierno afirma que, hasta esa fecha, el carbón seguirá siendo necesario para garantizar la seguridad del suministro energético de Alemania, dada la agitación del mercado provocada por la guerra de Rusia contra Ucrania.