Testigo en juicio alemán por fraude acusa a exdirector de Wirecard

Múnich, 19 dic (dpa) - El testigo clave de la acusación en el juicio por el caso Wirecard acusó hoy ante el Tribunal Regional de Múnich al exdirector general de la firma de ser la figura decisiva del fraude multimillonario.


"Wirecard era un cáncer", declaró hoy ante el tribunal Oliver Bellenhaus, exdirector general de la filial de Wirecard en Dubái y también acusado.


"Había un sistema de fraude organizado", indicó, y agregó que el exdirector general de Wirecard, Markus Braun, había sido un "director absolutista". "Si (Braun) decía algo, se hacía", apuntó.


El tercer acusado es el antiguo contable jefe del grupo Wirecard. La Fiscalía les acusa de formar una organización criminal fraudulenta y de utilizar beneficios ficticios para estafar 3.100 millones de euros (3.300 millones de dólares) a los prestamistas de la empresa, que quebró en 2020. Braun niega las acusaciones.


Braun y Bellenhaus llevan dos años y medio en prisión preventiva. Bellenhaus dijo que Braun "se ve a sí mismo como una víctima, y ese es un patrón conocido".


Bellenhaus declaró que fue su lealtad ciega a Braun y al exdirector de Ventas, Jan Marsalek, huido desde hace dos años y medio, lo que le hizo infringir la ley y le llevó a la cárcel.


El abogado de Braun, Alfred Dierlamm, acusó anteriormente a Bellenhaus de no ser de fiar como testigo y de ocultar el desfalco millonario durante la investigación. Dierlamm acusó a la Fiscalía de graves errores y omisiones en las investigaciones y pidió la detención del proceso. El tribunal aún no se ha pronunciado sobre la solicitud.


Wirecard era un proveedor de servicios de pago que funcionaba como interfaz entre las empresas de tarjetas de crédito y los minoristas y otros vendedores, por otro.


La firma, que llegó a cotizar en el índice bursátil Dax y a ser uno de los valores más altos entre las empresas alemanas, se hundió en el verano europeo de 2020 y se declaró insolvente después de que el Consejo de Administración admitiera que habían desaparecido supuestos ingresos por valor de 1.900 millones de euros.


A día de hoy, el dinero sigue sin haber sido encontrado.


Muchos inversores privados perdieron grandes sumas que habían invertido en acciones de Wirecard que perdieron su valor de la noche a la mañana.