Economía alemana crece en tercer trimestre pese a crisis energética

Wiesbaden (Alemania), 28 oct (dpa) - El producto interior bruto (PIB) de Alemania aumentó un 0,3 por ciento en el tercer trimestre con respecto al trimestre anterior, a pesar de la crisis energética y la elevada inflación, anunció hoy la Oficina Federal de Estadística en una primera estimación.


Los economistas esperaban un descenso de la producción económica, dadas las consecuencias de la guerra en Ucrania. Los expertos parten de la base de que la mayor economía de Europa se contraerá en los próximos trimestres y entrará así en recesión.


Los estadísticos explicaron que, tras el ligero aumento del 0,1 por ciento en el segundo trimestre, la economía alemana se mantuvo firme a pesar de las difíciles condiciones económicas mundiales, con la pandemia del coronavirus en curso, la interrupción de las cadenas de suministro, el aumento de los precios y la guerra en Ucrania.


Los expertos indicaron que los resultados económicos se apoyaron principalmente en el gasto de los consumidores privados.


El PIB creció un 1,2 por ciento tras los ajustes de precios y calendario en comparación con el mismo periodo del año anterior.


En relación con el cuarto trimestre de 2019, el periodo anterior al inicio de la pandemia, se superó por primera vez el nivel anterior a la crisis.


Sin embargo, los expertos dan por sentado que a la economía alemana le espera un duro invierno. Según el economista jefe del Commerzbank, Jörg Krämer, el inesperado buen resultado trimestral es probablemente solo "la calma antes de la tormenta".


Krämer comentó que la elevada inflación está provocando el hundimiento del poder adquisitivo de los consumidores. "Todo apunta a una contracción de la economía alemana en el semestre de invierno", que va de octubre a marzo.


Fritzi Köhler-Geib, economista jefe del banco estatal de desarrollo KfW, tiene una opinión similar: "El PIB alemán creció sorprendentemente en el tercer trimestre, pero para este trimestre y el próximo prácticamente todos los indicadores apuntan a una recesión".


El instituto de investigación demoscópica GfK, por su parte, observó que la predisposición de los consumidores a gastar se había estabilizado en los últimos tiempos, pero aclaró que la situación sigue siendo tensa, según los investigadores de consumo de GfK.


"Mientras la inflación siga siendo alta y existan dudas sobre un suministro energético sin restricciones, el clima de consumo no podrá recuperarse de forma notable y sostenible", afirmó el experto en consumo de GfK, Rolf Bürkl.


Los elevados precios de la energía también suponen una carga cada vez mayor para muchas compañías en Alemania.


El índice del instituto Ifo que mide mensualmente el clima empresarial descendió ligeramente en 0,1 puntos hasta los 84,3 puntos en octubre en comparación con el mes anterior. "El estado de ánimo de la economía alemana sigue siendo sombrío", comentó el presidente del Ifo, Clemens Fuest.


Las previsiones siguen augurando un crecimiento de la economía alemana para el año 2022 en su conjunto.


Para todo 2023, los economistas prevén un descenso de la producción económica. Aunque es probable que la incipiente caída de la producción económica sea más fuerte que en muchos otros países europeos, no será ni de lejos tan grave como en 2020, año marcado por la pandemia, cuando el producto interior bruto de la mayor economía europea se redujo más del cuatro por ciento.


El Gobierno alemán sigue esperando un crecimiento económico del 1,4 por ciento este año, mientras que para el año que viene prevé un descenso del 0,4 por ciento, con un mercado laboral sólido.


La coalición formada por socialdemócratas, liberales y verdes que gobierna en Berlín aprobó apoyar a los consumidores y a las empresas con un programa de hasta 200.000 millones de euros (198.905 millones de dólares) para compensar los altos precios de la energía.