Plantear desafíos a los jóvenes para que la alimentación saludable sea divertida

NDP FAO

La iniciativa Insignia de la nutrición ayuda a los jóvenes de Bangladesh y de todo el mundo a adquirir buenos hábitos alimentarios

Siempre ha habido iconos de la alimentación saludable en la cultura popular. Popeye el marino, un superhéroe de animación delgado y musculoso, alentaba a los niños de su tiempo a consumir más hortalizas engullendo espinacas que le fortalecían al instante. Un ejemplo más reciente es Mulán, la legendaria heroína de la tradición china que, como preparación para el entrenamiento de guerrera, come un bol de sabroso arroz blanco en forma de carita sonriente.


Los superhéroes actuales de la buena nutrición son los líderes juveniles y los profesores que organizan la Insignia de la nutrición en todo el mundo. La iniciativa de la Alianza Mundial de la Juventud y las Naciones Unidas (YUNGA), una asociación entre la FAO, las organizaciones de las Naciones Unidas, la sociedad civil y otras entidades, ya ha inspirado a miles de jóvenes a explorar hábitos alimentarios saludables y ecológicos.


Las insignias de la YUNGA se conceden a los niños y jóvenes que han concluido una serie de desafíos centrados en varios temas, desde el cambio climático y la biodiversidad hasta los polinizadores y la alimentación saludable.


Los profesores y líderes juveniles reciben folletos con asesoramiento científico en materia de inocuidad alimentaria y alimentación y estilos de vida saludables, consejos culinarios y actividades divertidas por las que reciben puntos, como la preparación de comidas informales basadas en una lista de nutrientes esenciales o la celebración de un “Día Saludable” con actividades como carreras de relevos.


La idea es empoderar a los niños y los jóvenes e inspirar actividades en las comunidades que sean a la vez divertidas y adaptadas al contexto local.

Uno de los países en los que el proyecto ha dado buenos resultados es Bangladesh, donde la FAO viene ejecutando su proyecto Meeting the Undernutrition Challenge (Respuesta al reto de la nutrición) desde 2019.


El folleto sobre la Insignia de la nutrición se adaptó específicamente al contexto de Bangladesh y se tradujo en bengalí. La financiación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y la Unión Europea, en asociación con el Ministerio de Alimentación y el Instituto de Tecnologías de la Información y la Comunicación de Bangladesh, ayudaron a presentar el desafío a 600 estudiantes de 10 a 24 años en 20 escuelas, institutos y universidades de las ciudades de Sylhet, Dhaka, Rangpur, Chattogram, Mymensingh y Rajshahi.


“Me concedieron la Insignia de la nutrición por realizar todas las actividades posibles, algo que me ha inspirado a seguir implicándome en el futuro”, dijo Rasel Shikder, un participante de secundaria de Dhaka.


Rasel dijo que su actividad favorita era la jardinería, porque “nos da alimentos saludables, pero también nos mantiene físicamente activos”.


Cambio a largo plazo


Una quinta parte de la población de Bangladesh tiene entre 15 y 24 años. Es fundamental educar a las generaciones más jóvenes del país en los beneficios de la buena nutrición, los hábitos alimentarios saludables y ecológicos, las decisiones relativas a la alimentación y el estilo de vida, a fin de iniciar el proceso de cambio de actitud y comportamiento en favor de un futuro más sostenible.


“Son agentes del cambio e impulsarán el futuro de Bangladesh”, dijo la Sra. Maki Noda, Coordinadora del Programa de la FAO en el país.


La Sra. Noda dijo que estaba “realmente asombrada ante el compromiso, la pasión y la creatividad de los jóvenes por promover la nutrición en sus familias, sus escuelas y sus comunidades”.


Los participantes estaban muy ilusionados por recibir sus insignias. Todos ellos habían realizado por lo menos una actividad obligatoria y una opcional de cada tema y algunos habían realizado hasta ocho actividades en un mes.


La Insignia de la YUNGA se ha utilizado en más de 100 países. Su popularidad se debe a su diseño, que permite a los educadores crear su propio plan transformador adaptado al contexto. “Ello ayuda a empoderar desde niños de cinco años hasta jóvenes de entre 20 y 30 años para que se conviertan en los principales actores del cambio de su comunidad”, dijo el Sr. Reuben Sessa, Coordinador Mundial de la YUNGA en la FAO.


La iniciativa se topó con otra dificultad a raíz de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), que obligó a cerrar las escuelas por largos períodos. Sin embargo, los jóvenes pudieron seguir realizando las actividades en casa, gracias a las sesiones en línea.


El desafío no solo reforzó sus conocimientos sobre buena nutrición y sostenibilidad, sino que les ayudó a mantener un estilo de vida saludable durante la pandemia.


Lograr los objetivos de la YUNGA puede tomar un poco más de tiempo que el efecto instantáneo de las espinacas en los músculos de Popeye, pero la Sra. Noda cree que la iniciativa ha dado a los jóvenes de Bangladesh “un mayor conocimiento sobre nutrición y dietas, además de la posibilidad de mantener debates sobre el estilo de vida saludable y tener instrumentos para cambiar su comportamiento en materia de nutrición”.


Fomentar un cambio lento pero constante puede ser el camino, proponiendo desafíos puntuales que ayuden a incentivarlo.


La YUNGA, formada en 2009, es una asociación entre organizaciones de las Naciones Unidas, la sociedad civil y otras entidades que trabajan con niños y jóvenes. Hace las veces de puerta de entrada para que los jóvenes de todo el mundo participen en las actividades e iniciativas de las Naciones Unidas. La YUNGA, auspiciada por la FAO, se ubica en la sede de la Organización, en Roma (Italia).