Escuela de Ballet alemana brinda a niños de Ucrania un nuevo hogar

Por Carola Grosse-Wilde (dpa)

Hamburgo, 24 abr (dpa) - Konstantin Tselikov viste un pantalón de jogging negro y una chaqueta deportiva gris. Debajo de ella asoma una camiseta naranja con una mano blanca que forma el símbolo de la paz. Paz. Eso es lo que desea para sus alumnos este pedagogo oriundo de Ucrania que trabaja en la Escuela del Ballet de Hamburgo.


Desde hace cuatro semanas, Tselikov, al que todos llaman Kostja, prepara también a algunos alumnos de ballet procedentes de Ucrania que huyeron a Hamburgo junto a sus padres.


En total, la escuela de ballet que encabeza el coreógrafo estadounidense mundialmente conocido John Neumeier ya acogió a diez niños ucranianos de seis a 13 años. La escuela evalúa recibir a más niños.


"Nos pusimos a pensar en qué podíamos hacer para ayudar", relata Gigi Hyatt, directora pedagógica y vicedirectora de la escuela de ballet. Según contó, tuvieron rápidamente en claro que la escuela quería recibir a algunos niños de Ucrania que tuvieran experiencia en danza.


Añadió que reciben apoyo financiero de la Asociación Amigos del Ballet de Hamburgo.


Los contactos también surgieron por vínculos personales, ya que algunos de los bailarines del Ballet de Hamburgo son oriundos de Ucrania, entre ellos el bailarín principal Alexandre Riabko.


"Lo genial del ballet es que los salones de ballet se ven iguales en todas las partes del mundo y que el idioma del ballet, el francés, es igual en todo el mundo", dice la germano-estadounidense que dirige la escuela desde 2013.


"Los niños se sintieron de inmediato en casa", asegura.


Algunos de los alumnos de ballet ucranianos viven en el internado de la escuela. Como por ejemplo Mascha, de 13 años, oriunda de Kiev. La niña se quedó completamente sola en Hamburgo, mientras que sus padres y su hermano siguieron viaje a España.


"Solo aquí hay una escuela tan buena de ballet. Por eso quise quedarme sí o sí aquí", dice Mascha, que toma clases de ballet desde hace diez años y sueña con bailar algún día con una compañía.


Khrystyna, de 14 años, también vive en el internado, mientras que su madre vive en Hamburgo y su padre se quedó en Kiev. Para las niñas es más fácil adaptarse a su nuevo ámbito de a dos. Los 146 alumnos de la escuela de ballet proceden de 33 países distintos, con lo que es más fácil hacer amigos.


Actualmente, los alumnos de ballet ensayan para la gran presentación "Primeros pasos" de la escuela de ballet, que se llevará a cabo el 30 de abril y el 20 de junio en la Ópera Estatal de Hamburgo. Las clases de preescolar ensayan junto a Tselikov piezas como el vals "El Danubio azul" de Johann Strauss.


Uno de ellos es el pequeño Pavlo, quien muestra orgulloso todo lo que ya aprendió. "¡Muéstrame cuán bueno eres!", les ordena el profesor a sus protegidos para motivarlos, mientras la pianista Narmin Elyasova hace sonar nuevamente el vals con un reproductor.


En los rostros felices de los pequeños bailarines se puede reconocer que, aunque sea por un momento, lograron olvidar la guerra.


El Ballet de Hamburgo también busca ayudar a los bailarines adultos de Ucrania con el centro cultural hamburgués Kampnagel. Miembros de la Compañía de Ballet de Kiev, muchos de los cuales se encuentran viajando actualmente por Europa y el mundo, fueron invitados a trabajar en Hamburgo y crear un programa.


La idea es que, con apoyo de la compañía de Hamburgo, el programa crezca a largo plazo.


La compañía de hasta ahora siete bailarines cuenta con un escenario en el teatro Kampnagel de la ciudad hanseática, que también le brinda apoyo técnico y organizativo para la producción "For The Air That We Breathe". El plan es becar a los bailarines invitados para que puedan tener una estancia de trabajo más larga en Hamburgo.