Zverev, tras salida de Australia: "He tenido una semana de mierda"

Melbourne (Australia), 23 ene (dpa) - El tenista alemán Alexander Zverev se mostró muy crítico consigo mismo después de caer de manera sorpresiva en los octavos de final del Abierto de Australia ante el canadiense Denis Shapovalov por 6-3, 7-6 (7-5) y 6-3.


"Al final no ha sido suficiente", declaró el actual número tres del mundo. "No hay excusas, ninguna. Me tengo que despedir (de Australia) e intentar hacerlo mejor. Vine aquí con el objetivo de ganar, y tal vez llegar a ser el número uno. Pero si juego así, no lo merezco. Así de sencillo", agregó.


Sin embargo, mostró su esperanza por ganar algún día el título en Australia: "Voy a seguir haciendo todo lo posible por levantar el trofeo de Grand Slam en algún momento. (Claro que) ahora mismo, por supuesto, es una tontería hablar de ello porque acabo de perder en la cuarta ronda del Abierto de Australia".


Profundamente decepcionado, Zverev subió a la conferencia de prensa de manera lenta y pesada, por última vez en la edición de este año. Inclinó la cabeza y se quitó la acreditación. Ni siquiera la camiseta olímpica con la que obtuvo el oro en Tokio 2020, que le acompaña a modo de amuleto, pudo aliviar la frustración del momento.


Después de meses en los que muchos aspectos en la pista de tenis parecían correr de forma natural, la desconcertante y extraña actuación contra el zurdo canadiense de 22 años devolvió al alemán a la tierra.


La eliminación no era de esperar. La baja del número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, había aumentado sus posibilidades de ganar su primer Grand Slam, por el que lleva años luchando. Ahora, incluso el posible duelo de cuartos de final ante el español Rafael Nadal se ha caído de las previsiones.


Ante Shapovalov, número 14 del mundo, que nunca había pasado de la tercera ronda en el torneo australiano, no hubo rastro de la confianza que hizo que Zverev se convirtiera en una de las mejores raquetas a final de la temporada pasada.


Pese a ello, el tenista alemán de 24 años, que llegó al primer Grand Slam de la temporada como uno de los grandes favoritos, reconoció sin ambages su decepcionante actuación: "Podría sentarme aquí ahora y decir: 'Tengo un resfriado y algo más'. Pero no, siempre soy muy sincero. No tengo nada. He tenido una semana de mierda, sencillamente".


"Me sentía extremadamento lento, no me sentía fresco", explicó.


En señal de frustración, Zverev golpeó su raqueta tres veces contra la pista al comienzo del segundo set. Era un comportamiento que recordaba a tiempos que se suponían ya pasados. Pero ni siquiera el estallido de rabia transformó al deportista alemán del año.


El partido recordó en cierto modo a su eliminación en octavos de final de 2019 en Melbourne contra Milos Raonic, compatriota de Shapovalov, cuando aporreó su raqueta hasta nueve veces en señal de rabia.


"Rompí la raqueta. No es que lo haga sin más. Cuando juegas tan mal, puedes hacer lo que quieras, puedes enojarte cuanto quieras, no cambia nada", dijo al respecto el finalista del US Open 2020.


También el ex tenista alemán Boris Becker analizó para la televisión Eurosport la actuación de su compatriota: "Hacía tiempo que no lo veía tan pasivo".


Ya en los tres partidos anteriores en el torneo, el jugador nacido en Hamburgo había estado lejos de la forma en la que había ganado la final del año de los mejores en las Finales ATP de Turín a finales de noviembre y la final olímpica en Tokio.


Según su opinión, era posible que Djokovic, el ruso Daniil Medvedev y él mismo dominaran la temporada 2022 de la misma forma que lo hicieron en los últimos meses del año pasado.


Pero la realidad es que Zverev todavía no ha vencido a un jugador del top ten en un torneo del Grand Slam. Incluso contra jugadores del top 20, entre los que se encuentra Shapovalov, su historial muestra muchas más derrotas que victorias.


"Hoy ha sido el peor partido que he jugado desde Wimbledon el año pasado, creo", resumió Zverev antes de despedirse de Australia, haciendo referencia a su salida prematura en el torneo inglés, que también tuvo que dejar en los octavos de final.