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Expectativa por obra de artista Maria Eichhorn en Pabellón Alemán

Por Gerd Roth (dpa)

Berlín/Venecia, 29 dic (dpa) - La artista germana Maria Eichhorn se encuentra preparando durante estas semanas el aporte a la Bienal de Venecia en el Pabellón de Alemania, mientras las puertas de la controvertida construcción aún están herméticamente cerradas a la vista de los curiosos.

Junto a la documenta de Kassel, la Bienal de Venecia es la más importante exposición internacional de arte contemporáneo. Y, a causa del coronavirus, el tradicional certamen debió ser aplazado un año.

Según lo previsto, los famosos Giardini en el barrio de Castello, al este de la ciudad de los canales, atraerán a la comunidad artística de todo el mundo entre el 23 de abril y el 27 de noviembre de 2022.

Eichhorn, oriunda de la localidad de Bamberg, ya estuvo dos veces presente en Venecia con sus obras, pero en esta ocasión fue convocada por el curador Yilmaz Dziewior para hacerse cargo del Pabellón de Alemania.

"Esta vez mi trabajo estará más en el foco de la opinión pública y de los medios", explicó a dpa la mujer de 59 años en Berlín.

"Pero si contemplamos no solamente el Pabellón, sino la Bienal en su conjunto, todas las contribuciones de los países, entonces mi aporte vuelve a quedar en segundo plano y es uno entre muchos", aclara.

La artista inscribe así su nombre detrás de Gerhard Richter (1972), Joseph Beuys (1976), Hans Haacke (1993), Rosemarie Trockel (1999), Isa Genzken (2007) o Christoph Schlingensief (2011). En varias oportunidades Alemania se llevó el León de Oro, la última de ellas en 2017, de la mano de Anne Imhof.

Una y otra vez se tematizó el pasado de la controvertida construcción. En 1938, los nazis remodelaron el Pabellón de Alemania en sintonía con "la arquitectura del poder" (Herrschaftsarchitektur).

Imhof ideó que el pabellón vallado fuera vigilado por perros doberman, mientras que Haacke destrozó el suelo de travertino hasta convertirlo en un montón de losas de piedra evocando al "Mar de hielo" de Caspar David Friedrich. 

"Es muy interesante ver cómo los y las diferentes artistas se manejaron con el pabellón, qué aspectos surgieron y qué conexiones se revelaron", comenta Eichhorn. "Todas estas obras artísticas previas muy lógicamente ejercen una influencia sobre las contribuciones futuras y también sobre la mía".

La típica presentación en Venecia dentro de las construcciones nacionales no desempeña ningún rol para esta artista residente en Berlín. "Desde mi punto de vista, los conceptos como nación se van disolviendo cada vez más", opina.

"Incluso cuando el arte se exhiba en pabellones nacionales, el arte tal y como lo entiendo sigue siendo internacional y cosmopolita, anárquico, resistente, político y polémico, fragmentario, crítico e independiente", sostiene sin dudar.

Las obras de Eichhorn suelen surgir como un proceso que puede requerir cierta preparación previa. A partir del aplazamiento de la bienal a causa de la pandemia, ganó más tiempo para Venecia, lo que bien puede reflejarse en el proceso creativo.

Con motivo de la documenta 11 de Kassel, en 2002 fundó una sociedad anónima cuyo capital de 50.000 euros (actualmente unos 56.500 dólares) no debía ampliarse, sino que se expuso como obra de arte en metálico.

A veces, grandes partes de sus obras simplemente se mueven en el poder de la imaginación de los visitantes y espectadores. La artista alemana cuestiona los sistemas mediante los cuales opera el arte.

Para una exposición en Colonia, se hizo contratar como empleada de la ciudad y documentó su complicado contrato de trabajo como artista.

Y, en Londres, les otorgó un descanso a los trabajadores de una galería, mientras que su exposición en ese espacio simplemente permaneció cerrada durante todo el tiempo previsto de exhibición.

También con la vista puesta en Venecia, Eichhorn cree que habrá algo para ver, incluso cuando no se vea nada: "La accesibilidad a mi obra me resulta muy importante, sobre todo en estas grandes exposiciones".

"Por eso, intento cada vez incluir varios niveles de acceso para aliviarles a las y los visitantes la recepción de la obra. También intento siempre dejarles la libertad de decidir acerca de un comportamiento activo o pasivo ante mi trabajo", indica.

Eichhorn tematiza una y otra vez el pasado de Alemania. En Múnich, giró obras seleccionadas de una colección, cuyos reversos revelaban los nombres de los anteriores propietarios judíos.

Para la documenta 14, indagó en 2017 en la expropiación de posesiones judías. Para ello, llenó una estantería del suelo al techo con libros adquiridos ilegalmente. "Mi trabajo se centra principalmente en el presente", dice Eichhorn. "O sea, ¿cómo afrontamos hoy las consecuencias de nuestra historia?".

Esto también podría estar presente en su labor artística en Venecia, a la vez que la ciudad de los canales también ejercerá una influencia sobre Eichhorn.

"Venecia posee una atracción magnética, de la que es prácticamente imposible sustraerse", comenta la artista, que al mismo tiempo posa su mirada sobre los efectos de una política económica con alquileres que se disparan sin cesar y las consecuencias de un andamiaje social que se desmorona. 

"Siempre contemplo ambos lados en Venecia, este encanto increíble y este turismo masivo que atosiga extremadamente a la gente y destruye el delicado equilibrio ecológico de la laguna".

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