El legado de Merkel: gestión de crisis, paciencia y su famoso "rombo"

Por Jörg Blank (dpa)

Berlín, 7 dic (dpa) - Al final, Angela Merkel no llegó al récord de Helmut Kohl por muy poco. El 18 de diciembre habría cumplido en el cargo de canciller tanto tiempo como su antecesor de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania.

Cuando el socialdemócrata Olaf Scholz asuma mañana el cargo de canciller tras una votación en el Parlamento alemán (Bundestag), la era de 16 años de Angela Merkel será historia. Pero, ¿qué queda de los 16 años de Merkel en el gobierno? Aquí, algunos puntos clave:

Cuatro crisis

Merkel atravesó durante su gobierno la crisis financiera, la del euro, la de los refugiados y la pandemia de coronavirus.

Estas cuatro crisis marcaron el gobierno de Merkel como pocos acontecimientos, con la excepción, quizá, de la catástrofe del reactor japonés de Fukushima en marzo de 2011, que llevó a que la canciller cambiara de curso y que su gabinete poco después dispusiese la salida escalonada de la energía atómica. 

Tanto a nivel nacional como internacional, Merkel será recordada como la canciller que tuvo que enfrentar varias crisis. Pero no siempre salió bien parada: la crisis de los refugiados generó una gran división con su socio bávaro, la CSU, y una caída en las encuestas.

Como consecuencia, y en contra de su firme convicción, Merkel puso a disposición la presidencia de la CDU en 2018.

Sus críticos creen que también falló a la hora de manejar la crisis causada por el coronavirus. Aunque en este aspecto, es posible que más bien sean recordadas sus constantes disputas con los primeros ministros regionales para establecer medidas más duras y su fama para advertir con firmeza pero con cautela acerca de las consecuencias de la pandemia.

Es probable que el gobierno de Merkel también sea recordado por su compromiso con África, los derechos de la mujer y la sanidad internacional.

La relación con líderes difíciles y la paciencia de Merkel

En los círculos europeos, probablemente quede el recuerdo de las largas noches de negociación en Bruselas, en las que Merkel, una europeísta convencida, intentaba conciliar intereses contrapuestos. Su convicción de que siempre es mejor negociar incluso con los jefes de gobierno y de Estado internacionales más difíciles antes que romper el contacto podría ser un modelo a seguir por Scholz.

Merkel aplicó esta receta tanto en su relación con el líder ruso Vladimir Putin así como con el chino Xi Jinping, el turco Recep Tayyip Erdogan o el entonces presidente estadounidense Donald Trump.

En el aniversario de su asunción el 22 de noviembre de 2005, hace 16 años, el ex presidente del Parlamento alemán Norbert Lammert dijo de la canciller: "Angela Merkel tiene muchas virtudes. Una de las más destacadas es su paciencia casi sobrehumana para aguantar incluso las posturas más desacertadas de socios nacionales e internacionales".

La poco pretenciosa

Merkel marcó un estilo con sus colección de chaquetas blazer, integrada por modelos en distintos colores. Este estilo austero se convirtió en su marca. La canciller siempre fue considerada poco pretenciosa y sobre todo, incorruptible. Su mayor lujo parecía ser la casa de fin de semana cerca de Templin, en el este de Berlín, donde le gustaba recuperarse dedicándose a la jardinería.

El rombo

Uno de los gestos característicos y más reconocibles de Merkel es el "rombo" que forma con las manos y que se convirtió en la marca registrada de sus apariciones públicas. Incluso el candidato a canciller socialdemócrata Scholz posó en medio de la campaña para una foto de tapa de la revista "SZ" con las manos en la misma posición que Merkel. Posiblemente, quiso dar una señal de continuidad en caso de ganar las elecciones. 

La transición

Es posible que también sea recordada la transición de poder con Scholz. A diferencia de las turbulencias cuando ella asumió el poder de manos del canciller socialdemócrata Gerhard Schröder en 2005, Merkel puso en marcha una transición sin rispideces.

Durante la cumbre del G20 en Roma, fue Merkel quien presentó a Scholz a los colegas internacionales. Cuando el diario "Süddeutsche Zeitung" le preguntó en octubre si podría dormir tranquila sabiendo que iba a volver a gobernar un socialdemócrata, afirmó: "Habrá diferencias políticas, por supuesto. Pero podré dormir tranquila".

Despedida y futuro

A diferencia de muchos antecesores, Merkel logró elegir conscientemente su momento para salirse de la política. Durante la reciente ceremonia militar con la que fue despedida, la canciller afirmó acerca de su 16 años de gobierno: "Representaron un desafío político y humano. Y a la vez fueron muy satisfactorios".

¿Y qué hará Merkel en el futuro? Por lo pronto, quiere retirarse de la política en mayúsculas. Hace poco dijo al diario "Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung" que esperaba poder hacer cosas que eran más difíciles de hacer como canciller, como viajar un poco, leer y disfrutar del tiempo libre sabiendo "que no pasará algo clave en los próximos 20 minutos".