Aunque siguen siendo bajas en Europa y Asia Central, las tasas de hambre se vieron agravadas por las repercusiones de la pandemia

 NDP FAO

La FAO publica nuevos datos y análisis sobre la situación del hambre y la malnutrición en la región en un formato más corto y compacto

Budapest (Hungría) — Las tasas de subalimentación e inseguridad alimentaria grave y moderada en Europa y Asia Central son, en promedio, mucho menores que en el resto del mundo.

Sin embargo, más de 14 millones de personas llegaron a padecer inseguridad alimentaria moderada o grave de 2019 a 2020, durante la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19).

Asimismo, dado que el sobrepeso y la obesidad se sitúan muy por encima de la prevalencia mundial —y siguen aumentando—, es necesario que los más de 50 países de la región renueven su compromiso de acabar con el hambre y la malnutrición para 2030, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Ahora es posible consultar los últimos datos y tendencias en el informe Panorama regional de la seguridad alimentaria y la nutrición en Europa y Asia Central, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En los últimos dos decenios, los países de la región de Europa y Asia Central han hecho progresos considerables en la lucha contra la subalimentación. En todo el mundo, el número de personas con consumo insuficiente de alimentos aumentó del 8,4 % en 2019 al 9,9 % en 2020, mientras que en Europa y Asia Central la media regional se mantuvo por debajo del 2,5 %, donde se ha mantenido durante casi 20 años.

No obstante, esta cifra esconde diferencias subregionales: si bien el número es bajo en la Unión Europea, la Asociación Europea de Libre Comercio y los países europeos de la Comunidad de Estados Independientes, en los dos últimos años se han registrado pequeños aumentos en el Cáucaso, Asia central y los Balcanes occidentales.

“La pandemia ha repercutido negativamente en la seguridad alimentaria en la región de Europa y Asia Central”, declaró el Subdirector General y Representante Regional de la FAO, Sr.  Vladimir Rakhmanin en el prólogo de la publicación. “En este contexto, el informe pretende evaluar los cambios en los indicadores de la seguridad alimentaria y la nutrición en la región, la subregión y los países bajo la amenaza de la pandemia e intenta hacer un seguimiento de los avances de la región en la consecución de los ODS”.

A escala mundial, el año 2020 estuvo marcado por la pandemia de la COVID-19 y las perturbaciones resultantes en los mercados, el comercio y las cadenas de suministro de alimentos. En Europa y Asia Central, el número de personas que padecen inseguridad alimentaria grave aumentó en unos siete millones en el año 2020, llegando así a 22 millones (o alrededor del 2,4 % del total de la población), mientras que el número de personas aquejadas de inseguridad alimentaria moderada o grave (que carecen de acceso a alimentos inocuos, nutritivos y adecuados) se incrementó en 14 millones, llegando hasta los 111 millones (es decir, el 11,9 % de la población total). Aunque se trata de un promedio regional, las proporciones en los Balcanes occidentales, Asia central y el Cáucaso y Asia central son mayores.

“Dado que la respuesta a la pandemia varía en gran medida según el nivel de riqueza y la voluntad política de cada país, es cierto que las desigualdades nacionales y subregionales en el acceso a los alimentos y la nutrición aumentarán”, afirmó Rakhmanin. “Esto debe abordarse a fin de garantizar que la región de Europa y Asia Central avance con respecto al objetivo de obtener alimentos suficientes y nutrición para todos, comprometiéndose a no dejar a nadie atrás”.

Un examen más profundo de los indicadores de nutrición

Se han realizado progresos en la reducción de diversas formas de malnutrición, por ejemplo (en la mayoría de los países de la región) el retraso del crecimiento y la emaciación en niños y el bajo peso al nacer. Sin embargo, Europa y Asia Central está en peores condiciones en lo que respecta a la lactancia materna exclusiva, el sobrepeso infantil y la obesidad en adultos. Los datos y las tendencias referentes a la obesidad en adultos son especialmente alarmantes en todas las subregiones, y la pandemia podría agravar aún más el problema. Pese a las recientes mejoras en la reducción del sobrepeso en niños, la región, con un 7,1 %, sigue situándose por encima de la media mundial.

“Incluso antes de la pandemia, la situación en la subregión del Cáucaso y Asia central era vulnerable y se volvió aún más vulnerable en 2020”, señaló Cheng Fang, economista de la FAO y autor principal del informe. “La resiliencia de toda la región depende de la realización de esfuerzos sólidos en estas subregiones vulnerables. Por ejemplo, las crecientes tasas de obesidad en adultos están planteando un problema no solo en los países de ingresos altos, sino también en los países de ingresos bajos y medianos de la región”.

La prevalencia de la anemia entre las mujeres en edad fértil en los últimos años se mantuvo en el 17,4 %, al igual que en 2000, y alcanzó tasas más elevadas en algunos países del Cáucaso y Asia central, cercanas o incluso superiores al promedio mundial del 29,9 %.

En lo que respecta a la lactancia materna exclusiva, la región —en particular la subregión del Cáucaso y Asia central— ha realizado progresos significativos (del 31,1 % al 41,7 % de 2012 a 2019), aunque la prevalencia sigue estando por debajo de la media mundial.

Los datos mundiales del bajo peso al nacer han mostrado un constante descenso desde 2000 y la tendencia regional parece haber seguido el mismo (aunque lento) patrón, así mismo, la prevalencia regional (6,9 %) ha sido aproximadamente la mitad de la media mundial. En la región, ni los países de ingresos altos ni los de ingresos bajos han reducido la prevalencia del bajo peso al nacer de manera sustancial.

Se proporcionan más detalles en la edición regional de 2021 del informe principal de la FAO, en el que, basándose en los últimos datos sobre el hambre y la malnutrición, se hace un seguimiento de los progresos realizados en Europa y Asia Central en el logro de las metas mundiales de sostenibilidad, con especial atención a la meta del Hambre Cero relacionada con el ODS 2.