La capital alemana también vota: ¿elegirá a una alcaldesa?

Por Klaus Blume (dpa)

Berlín, 22 sep (dpa) - Berlín tiene una larga tradición de alcaldes que se han dado a conocer más allá de las fronteras de la capital alemana, y ahora, como Roma, París o en el pasado reciente Madrid, podría tener una alcaldesa.

Ernst Reuter (1948-1953), que desafió el bloqueo soviético con las palabras "Miren esta ciudad", Willy Brandt (1957-1966), que más tarde se convirtió en canciller alemán, o Klaus Wowereit (2001-2014), al que le quedó la fama de "jefe del partido gobernante", son los nombres más recordados al frente de la capital germana.

El domingo 26 de septiembre se elegirá un nuevo Parlamento berlinés a la par que se celebran las elecciones al Bundestag (Cámara Baja alemana). Los sondeos dan una clara ventaja al Partido Socialdemócrata (PSD), por lo que su candidata, Franziska Giffey, podría ser alcaldesa.

A sus 43 años, madre de un hijo de 12 años, esta alemana oriental de Fráncfort del Oder se dio a conocer a los berlineses como política local en el barrio de Neukölln, donde llegó a ser concejala en 2010 y alcaldesa en 2015.

Neukölln, con sus 325.000 habitantes, es considerado un distrito problemático y difícil de gobernar, con una elevada inmigración, delincuencia organizada y fracaso escolar. Como sucesora de su veterano correligionario Heinz Buschkowsky, Giffey demostró que llama a las cosas por su nombre y busca soluciones pragmáticas.

En 2018, fue nombrada ministra de Familia en el cuarto gabinete de la canciller Angela Merkel. Allí, entre otras cosas, lanzó la llamada "Gute-Kita-Gesetz", una ley para mejorar las guarderías infantiles, antes de tropezar con un asunto de plagio en torno a su doctorado.

En mayo de este año, dimitió como ministra y la Universidad Libre de Berlín le revocó el título. Sin embargo, Giffey mantuvo su candidatura a las elecciones de Berlín y podría beneficiarse del hecho de que el viento político ha cambiado a favor del SPD y de su candidato a canciller, Olaf Scholz, en toda Alemania.

Para muchos berlineses, el carisma personal de Giffey y su prestigio como política local en Neukölln contarán probablemente más que su error académico. Giffey es considerada una política que aborda los problemas de la inmigración y la integración sin filtros ideológicos.

El actual alcalde, el también socialdemócrata Michael Müller, dejó el camino libre a Giffey para presentarse a una banca en el Bundestag. "Siempre quise ser diputado", dijo Müller al diario "Berliner Morgenpost" en una entrevista, pero parece que la renovación de su candidatura no contaba con apoyos dentro del SPD.

El recorrido de la coalición rojo-rojo-verde de Müller, formada por el SPD, La Izquierda y Los Verdes, está marcado por el mal funcionamiento de la administración, el encarecimiento de los alquileres, los eternos proyectos de construcción urbana, la deficiente situación de muchas escuelas y la problemática de la delincuencia en algunas partes de la ciudad.

El proyecto estrella de la coalición, la limitación de los alquileres, fracasó cuando el Tribunal Constitucional lo anuló por considerar que el Estado de Berlín se excedió en sus competencias al congelar los alquileres de alrededor de 1,5 millones de pisos.

El tema del alquiler está presente en la jornada electoral, ya que se debe decidir en referéndum la expropiación de todas las empresas con más de 3.000 pisos. La Izquierda apoya plenamente la iniciativa, Los Verdes con reservas y el SPD está en contra.

La propia ciudad privatizó muchos de esos pisos hace décadas. Según Giffey, indemnizar a los nuevos propietarios costaría a Berlín 30.000 millones de euros (35.181 millones de dólares).

En la primavera europea, Los Verdes estaban a la cabeza de las encuestas, con su candidata Bettina Jarasch, de 52 años, pero han caído en las encuestas. Se considera que Jarasch tiene tan pocas posibilidades al igual que el candidato conservador Kai Wegner, de 49 años.

Mientras tanto, Giffey ha dejado abierta la posibilidad de renovar la coalición rojo-rojo-verde si vence el SPD. "Nos presentamos por el SPD puro", dijo en un programa de la ZDF al preguntarle si los electores conservadores también eran su público objetivo.

El partido más antiguo de Alemania, con Olaf Scholz como candidato a canciller, está a la cabeza de las encuestas de las elecciones al Bundestag y se ha despojado de la imagen de eterno perdedor, lo que no solo ayuda a su candidata berlinesa. Las cosas parece aún mejor en el estado federado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.

Allí, en las elecciones estatales del 26 de septiembre, el SPD tiene asegurada una rotunda victoria según los sondeos, que le dan un impresionante 39 por ciento, unos nueve puntos más que en las elecciones de 2016.

Es probable que la primera ministra Manuela Schwesig, de 47 años, una de las dos únicas primeras ministras de los 16 estados federados de Alemania, desempeñe un papel importante en el éxito. Madre de dos hijos, asumió el cargo en 2017 en sustitución de su correligionario Erwin Sellering, que se retiró debido a un cáncer.

Schwesig ya había sido ministra regional de 2008 a 2013, y luego ministra federal de Familia hasta 2017. A finales del verano de 2019, Schwesig enfermó de cáncer de mama. Renunció a sus cargos en el SPD federal, pero siguió en su puesto regional.

En mayo de 2020, Schwesig anunció que había superado el cáncer. Posiblemente su lucha contra el cáncer aumentara su popularidad.

El SPD gobierna allí desde 1998, desde 2006 en coalición con los democristianos de la canciller saliente, Angela Merkel. Las encuestas son sombrías para su partido, ya que los sondeos le dan un 15 por ciento de votos, por detrás de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

Los populistas de derechas son fuertes en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, como en todo el este de Alemania. Sin embargo, con un 17 por ciento, la AfD está claramente por debajo del 20,8 por ciento que obtuvo en las elecciones regionales de 2016.