Olaf Scholz, el vicecanciller de Merkel quiere ser su sucesor

Por Klaus Blume (dpa)

Berlín, 10 ago (dpa) - El Partido Socialdemócrata alemán (SPD) no tenía tiempo que perder cuando nombró como su candidato a canciller a Olaf Scholz en agosto de 2020, aunque como es bien sabido, anticiparse al resto no asegura necesariamente los mejores asientos.

En efecto, los principales sondeos alemanes otorgan al SPD un lejano tercer lugar en la preferencias de los votantes alemanes para las elecciones del 26 de septiembre, por lo que sus opciones de convertirse en canciller para este político de 63 años son más bien escasas.

En el actual Gobierno de la canciller Angela Merkel, Scholz ha ejercido como ministro de Finanzas desde 2018, lo que prácticamente significa el puesto más importante de todo el Gabinete (también es vicecanciller del mismo).

Scholz comenzó su carrera política en la ciudad-estado de Hamburgo, donde este nativo de la vecina región de Baja Sajonia creció y estudió derecho. En 1998, el abogado llegó al Bundestag. En el año 2000, se convirtió en el jefe del partido socialdemócrata en la ciudad hanseática.

Con Gerhard Schröder, el último canciller federal socialdemócrata hasta la fecha, Scholz fue secretario general del SPD de 2002 a 2004. Fue entonces cuando se ganó el apodo de "Scholzomat" (algo así como "Scholzómata"), dada su tendencia a utilizar frases vacías en lugar de realizar declaraciones concretas.

Schröder perdió las elecciones de 2005, pero el SPD siguió en el Gobierno, como socio menor de los democristianos liderados por Merkel. En aquel gabinete, Scholz fue ministro de Trabajo de 2007 a 2009.

Dos años después, en 2011, se convirtió en alcalde de Hamburgo, la segunda ciudad más grande de Alemania, tras la victoria del SPD en las elecciones. Gobernó con mayoría absoluta durante cuatro años, y posteriormente en coalición con Los Verdes tras perder votos en las elecciones de 2015.

La inauguración en 2016 del espectacular auditorio de la Filarmónica del Elba fue uno de los momentos más destacados de su mandato. Un año más tarde, la ciudad era escenario de violentos disturbios durante la cumbre del G20, que el propio Scholz describió como su "hora más difícil".

La gestión de Scholz en Hamburgo sigue llenando titulares hasta hoy. Una comisión parlamentaria investiga si influyó en el tratamiento fiscal del banco Warburg en el escándalo "CumEx", en el que algunos bancos aprovecharon una laguna legal para intercambiar rápidamente acciones en el momento de pagar dividendos, a fin de recibir devoluciones de impuestos que nunca se habían pagado.

Scholz volvió a Berlín en 2018, en el cuarto y último Gobierno de Merkel. En la crisis ocasionada por la pandemia del coronavirus, causó sensación al decir que la mayor economía de Europa debía salir de la recesión más profunda de la historia de la posguerra "con un bazuca" (en referencia al programa de estímulo aprobado por el Gobierno).

Sin embargo, su mandato también fue testigo de la quiebra del proveedor alemán de servicios de pago Wirecard, valorado en miles de millones, en la que la autoridad de supervisión financiera Bafin, subordinada a Scholz, no cumplió con su papel.

Mientras que Scholz era considerado un representante del ala izquierdista del partido (crítica con el capitalismo) durante su etapa como vicepresidente federal de la organización juvenil del SPD en los años 80, hoy es más bien un socialdemócrata moderado.

En 2019, se presentó sin éxito a la presidencia del partido, que desde entonces es liderado por la dupla formada por Sakia Esken y Norbert Walter-Borjans, precisamente considerados como más izquierdistas que él.

Pero incluso para la nueva dirección del partido, Scholz parecía entonces el candidato más adecuado para ser canciller, ya que según las encuestas obtiene mejores resultados que los del conjunto de su partido.

Lo hará como candidato en la circunscripción de la ciudad de Potsdam, donde reside desde hace tiempo, y donde curiosamente se enfrentará también a la candidata de Los Verdes, Annalena Baerbock, quien se presenta en el mismo lugar.

No es el único vínculo que le une con el estado de Brandeburgo, del que Potsdam es capital, ya que su mujer, Britta Ernst, ejerce como ministra de Educación de ese estado federado desde 2017.