Hallan rastros de un jardín barroco en el palacio Zwinger de Dresde


Dresde (Alemania), 31 jul (dpa) - Arqueólogos alemanes descubrieron pruebas de la existencia de un parque barroco en el patio interior del palacio Zwinger de la ciudad germana de Dresde, siete años después de la primera excavación. 

"Nuestras sospechas se confirmaron, el jardín de Pöppelmann realmente existió", declaró el director del proyecto, Hartmut Olbrich, de la Agencia Estatal de Arqueología. 

El historiador de la arquitectura y dos colaboradores estuvieron explorando desde principios de marzo los 14.000 metros cuadrados del patio interior del palacio, de forma paralela a su renovación. 

El palacio Zwinger, una obra maestra de la arquitectura barroca europea, fue construido entre 1709 y 1728 por el arquitecto Matthäus Daniel Pöppelmann (1662-1736) a pedido del príncipe elector de Sajonia Augusto el Fuerte (1670-1733), como lugar de representación, de fiestas cortesanas y sede de reuniones señoriales. 

El lugar adquirió su forma actual en la década de 1920 a partir de un antiguo grabado en cobre, de forma reducida.

Olbrich puede demostrar ahora lo que las investigaciones preliminares de 2011 y 2012 sugerían. Con cada rastro de las antiguas plantaciones, estructuras y terrenos, el jardín barroco vuelve a tomar forma, pero solo en su boceto. 

"Todo está siendo enterrado de nuevo bajo la cobertura: hileras para plantaciones, cimientos de piscinas, bancos, estructuras de caminos", explicó.

La capa de piedras aplicada durante el rediseño de Hubert Ermisch en los años 20 es una especie de drenaje, que inesperadamente guardaba un secreto.

"Encontramos allí decenas de piezas arquitectónicas originales de los edificios cercanos, figuras, balaustres, jarrones", dijo Olbrich. Los habían destrozado y utilizado como base para los caminos.

Las mejores piezas fueron trasladadas a los canteros del palacio Zwinger, incluyendo caras enteras de figuras de sátiros que se creían perdidas. 

Frente a un contenedor se ven también flores, manos y pliegues de túnicas. "Ermisch nunca respondió a la pregunta de adónde habían ido a parar los originales, que fueron sustituidos por copias", relató Olbrich. "Ahora el misterio se ha resuelto"

En 2013, él y sus ayudantes ya habían descubierto las subestructuras de caminos, fosas de plantación e indicios de alguna remodelación entre 1713 y 1718, así como rastros de arquitectura temporal como gradas, plataformas, escaleras para fiestas o la subestructura de cimientos de piscinas. 

Casi por casualidad, ahora han sacado a la luz asimismo restos de la primera casa de tiro, de la fosa y de la muralla de la ciudad, los edificios predecesores del emplazamiento de principios del siglo XVII.

El legendario príncipe sajón del barroco se paseó en su momento con la compañía de su corte y sus invitados entre los edificios que aún estaban en construcción. 

Pöppelmann había diseñado el parque como un "Jardín del Edén" con tejos, bojes, grava colorida, plantas exóticas en tinas y naranjos.  

Olbrich tiene hasta la primavera de 2022 para descubrir aún más cosas ocultas. "Con suerte, todavía encontraremos el jardín en su forma más pura".