Prohíben desde mañana productos plásticos de un solo uso en Alemania


Por Fatima Abbas (dpa)

Berlín, 2 jul (dpa) - La vajilla de plástico y otros artículos desechables deberán desaparecerán de la circulación en Alemania a partir de mañana sábado. Es un cambio dispuesto a nivel de la Unión Europea (UE) que también entraña riesgos.

La prohibición en todo el territorio del bloque alcanza a numerosos productos plásticos de un solo uso que resultan familiares y que tiendas de todo tipo hasta ahora siguen ofreciendo a diario, como platos, cuchillos, tenedores, bastoncillos de algodón y sorbetes.

La UE también se propone prohibir en el mercado los vasos para llevar, los envoltorios de comida rápida y los recipientes desechables de poliestireno.

En total, esta normativa sobre el plástico de 2019, que deberá ser implementada desde este sábado 3 de julio en todos los países miembro, alcanza a diez productos, que ya no podrán estar en circulación o para cuya reducción deberán tomarse medidas específicas.

La razón es muy sencilla. Estos diez productos representan el 70 por ciento de la basura de los mares de la Unión Europea, junto con los equipos de pesca. Se trata de una catástrofe ambiental que el propio ser humano también ocasiona mediante otros artículos, para los cuales aún no existen alternativas adecuadas en otros materiales.

Entre ellos se encuentran por ejemplo las toallas higiénicas femeninas, los cigarrillos con filtros de plástico y los vasos para llevar de plástico o con plástico. Este es el grupo de productos para los que aún no está prevista la prohibición por falta de alternativas.

De todas maneras, a partir de este sábado tendrán adherida en Alemania una nueva etiqueta que advierte a los consumidores de los daños al medio ambiente y brinda recomendaciones a la hora de desecharlos. 

"Un paso importante para salir de la sociedad del descarte", afirmó la ministra germana de Medio Ambiente, Svenja Schulze, sobre estas innovaciones.

Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, en Alemania se consumen por hora aproximadamente 320.000 vasos descartables para café y otras bebidas. Los envases para llevar y la vajilla descartable generaron en 2017 más de 346.000 toneladas de residuos. De momento no se cuenta con cifras más actuales.

La asociación de empresas municipales estima que los productos afectados por esta normativa de la UE alcanzan alrededor del 20 por ciento de los residuos callejeros. Y critica que son precisamente las empresas municipales de gestión de residuos las que "están sufriendo como consecuencia del auge de la comida para llevar". 

Según apuntó la asociación, estas compañías lidian con costos al alza para eliminar los residuos de los espacios públicos y esto cuesta por año unos 700 millones de euros (unos 828 millones de euros).

De momento es difícil pronosticar si estos costos se reducirán rápidamente. Porque la restante vajilla plástica con la que cuentan tiendas, lugares de comida al paso y restaurantes puede seguir siendo vendida después del 3 de julio.

Mietras tanto, los artículos de reemplazo que ya hace tiempo se encuentran en las estanterías son por ejemplo tenedores de bambú o sorbetes de papel. Sin embargo, defensores del consumidor advierten que no siempre se trata de opciones saludables.

La asociación europea de consumidores BEUC critica que algunos de los cubiertos y envases alternativos están contaminados con productos químicos y no son totalmente biodegradables.

Y la central de consumidores también alerta de otros inconvenientes. Por ejemplo, la idea de que el plástico sencillamente puede ser reemplazado por el papel conduce a la deforestación de los bosques, que desempeñan un rol clave en la protección del medio ambiente. 

El centro desaconseja además las bandejas de aluminio, por su elevado consumo energético.

Entonces, ¿es todo mucho más complicado de lo que inicialmente se supuso? La ministra de Medio Ambiente Schulze subraya una y otra vez que también se trata también de una cuestión de mentalidad que hay que cambiar.

La mejor alternativa, sostiene la ministra germana, es no recurrir en absoluto a plásticos de un solo uso, sino a productos que permiten varios usos. En definitiva, consiste en otro paso en el camino para abandonar la sociedad del descarte.