De Goretzka a Gulacsi: el jugador moderno es ahora un animal político


Por Arne Richter y Klaus Bergmann (dpa)

Múnich, 24 jun (dpa) - Hubo un tiempo en el que comprar un coche rápido y jugar a la videoconsola PlayStation significaban la felicidad para los jugadores, pero hoy en día muchos no se conforman con ello y se implican cada vez más en temas políticos.

El intenso debate sobre la decisión de la UEFA de prohibir la iluminación con los colores del arcoíris del estadio de Múnich en el partido de Alemania contra Hungría de la Eurocopa ha vuelto a demostrar que los jugadores son ahora mucho más políticos que en el pasado, y que la pandemia de coronavirus también los hace más activos.

Una nueva generación, que va desde los alemanes Leon Goretzka y Joshua Kimmich hasta el guardameta húngaro Peter Gulacsi y el inglés Marcus Rashford, destaca entre el resto por abordar cuestiones sociales candentes.

Los organismos rectores como la Federación Alemana de Fútbol (DFB), la FIFA y la UEFA -que ha sido objeto de críticas masivas en su propio torneo- siguen estando más preocupados por los intereses económicos y se sienten políticamente limitados pese a sus intentos por realizar campañas de buena voluntad.

En cambio, muchos futbolistas, con su enorme seguimiento en las redes sociales, están cambiando dicha dinámica. "Somos conscientes de que tenemos un gran alcance", declaró Kimmich al ser preguntado por su activismo.

Varios futbolistas han creado fondos de ayuda contra el coronavirus, han puesto lemas en sus camisetas para promover los derechos humanos de cara al Mundial de Catar 2022, han hincado la rodilla contra el racismo y hasta lucido un brazalete arcoíris para apoyar la diversidad sexual, como en el caso del portero alemán Manuel Neuer.

"Creo que es muy positivo que muchos de nosotros seamos conscientes de nuestra responsabilidad social", dijo el defensa alemán Mats Hummels.

La UEFA rechazó la petición del ayuntamiento de Múnich de iluminar el estadio con los colores del arcoíris al considerar que se trataba de un gesto político dirigido contra el primer ministro húngaro, el ultraconservador Viktor Orbán.

En efecto, el ente rector del fútbol europeo prohíbe las declaraciones políticas, pero incluso el propio portero húngaro Peter Gulacsi se ha pronunciado en anteriores ocasiones contra la estigmatización y el acoso a los homosexuales en su país.

"Es una decisión de la UEFA. Los jugadores no podemos hacer nada al respecto, no tenemos nada que decir al respecto", dijo con cautela. "Todos saben lo que pienso sobre el mundo", agregó.

Por su parte, Rashford, delantero de la selección inglesa y del Manchester United, que creció en circunstancias difíciles, se ha convertido en una figura simbólica en Gran Bretaña con su campaña a favor de los niños socialmente desfavorecidos.

El joven de 23 años fue criticado y acusado de doble moral por haberle comprado una gran casa a su madre, pero se mantuvo firme en apoyo de la causa e incluso fue honrado por la reina Isabel II.

De modo similar, el alemán Goretzka es también el prototipo del futbolista moderno activo con sus campañas sociales, incluida la iniciativa benéfica #WeKickCorona, que realiza junto Kimmich, compañero suyo tanto en el Bayern Múnich como en la selección.

En cuanto al uso del motivo del arcoíris por parte de Alemania, el centrocampista de 26 años manifestó: "Sería completamente absurdo que tuviéramos que pedir disculpas por ello porque está claro lo que representa. Seguiremos actuando de la misma manera".

Fiel a su palabra, formó un corazón con sus manos delante de los aficionados húngaros tras marcar el gol del empate a 2 contra Hungría que dio a Alemania el pase a octavos de final. Después, tuiteó una foto de esa misma celebración junto con un emotioco de la bandera del arcoíris y las palabras "Spread Love" (difunde el amor).