Científicos alemanes constatan cambios climáticos en el Ártico

 


Por Rachel More (dpa)

Bremen (Alemania), 12 oct (dpa) - El buque de investigación polar y marina "Polarstern" regresó hoy a Alemania después de pasar un año en el Ártico, donde los científicos analizaron de primera mano el impacto del cambio climático en uno de los ecosistemas más sensibles del planeta.

Mientras el rompehielos se acercaba a su puerto de origen en Bremerhaven, en el norte del país, fue recibido por barcos y veleros que tocaban sus bocinas bajo un claro cielo azul. 

Durante diez meses, el "Polarstern" navegó a la deriva por el Ártico acoplado a un témpano de hielo, sobre el cual los científicos del Observatorio Multidisciplinario a la Deriva para el Estudio del Clima Ártico (MOSAiC, por sus siglas en inglés) levantaron un campamento.

Fue la primera vez que los investigadores pudieron observar, medir y documentar el ciclo completo del hielo desde el congelamiento hasta el derretimiento.

"Este mundo está amenazado. Vimos por nosotros mismos que el hielo está desapareciendo", dijo a su regreso el jefe de la expedición, Markus Rex, en una conferencia de prensa.

Rex advirtió que un verano ártico sin hielo, que podría hacerse realidad en cuestión de décadas, tendría un gran impacto en el clima global y en la población mundial, incluyendo a los cientos de millones de personas que viven en las zonas costeras.

Según informó una portavoz del Instituto Alfred Wegener (AWI), que dirigió el estudio internacional, el buque alemán abandonó el témpano de hielo el domingo pasado. El "Polarstern" había zarpado el 20 de septiembre de 2019 desde la ciudad noruega de Tromso, en el Círculo Polar Ártico.

Durante la expedición, cientos de investigadores recogieron datos sobre el océano, el hielo y la atmósfera. Más de 70 institutos de investigación de casi 20 países participaron en el proyecto.

Rex detalló que la misión se inspiró en el explorador noruego Fridtjof Nansen y en su innovadora expedición al Ártico de hace unos 125 años, cuando la región era 10 grados más fría que en la actualidad.

Por su parte, la ministra alemana de Investigación, Anja Karliczek, saludó al capitán y a la tripulación en el puerto de Bremerhaven.

"Una vez que sepamos cómo se está desarrollando el clima en el Ártico estaremos en condiciones de tomar precauciones en Alemania y contrarrestar eficazmente el cambio climático", dijo Karliczek.

La expedición MOSAiC reunió "un tesoro único de datos" que beneficiará a generaciones, añadió la ministra.

Antes de su llegada, el experto en física atmosférica Rex aseguró que las innumerables muestras y datos de hielo, nieve, agua y aire recogidos durante el año iban a mantener ocupadas a las futuras generaciones de científicos. 

Los expertos esperan que los datos obtenidos les proporcionen importantes conocimientos sobre el Océano Ártico y sobre el cambio climático. Casi ninguna otra región de la Tierra lo siente tan claramente como el Ártico. 

Con un presupuesto de 140 millones de euros (unos 165 millones de dólares) fue hasta ahora la expedición más cara y compleja desde el punto de vista logístico al Ártico central. Casi 500 personas de todos los rincones del mundo estuvieron a bordo en las distintas etapas.

Los científicos se enfrentaron a 150 días de noche polar, con temperaturas de hasta 42 grados centígrados bajo cero y vientos que alcanzaron los 84 kilómetros por hora. También tuvieron la compañía de decenas de osos polares.

En febrero, el "Polarstern" se desplazó a una posición de 88°36' norte, a solo 156 kilómetros del Polo Norte. Ningún otro buque estuvo antes más al norte durante el invierno.

Si bien la tripulación dejó atrás una región hostil, ahora regresa a un mundo en el que la pandemia del coronavirus alteró la vida cotidiana de manera dramática.

"Todavía no estoy acostumbrado a ver tantos rostros, y a todos con máscaras", dijo Rex en Bremerhaven.

La pandemia del coronavirus incluso amenazó con poner fin el proyecto a principios de año, cuando un cambio de tripulación se vio interrumpido por las restricciones de viaje.

Los refuerzos tuvieron que ser llevados por barco en lugar de por avión y el "Polarstern" debió interrumpir brevemente su viaje para navegar a Svalbard, un archipiélago entre Noruega continental y el Polo Norte, donde fueron recogidos los nuevos miembros de la tripulación antes de regresar al hielo.