Anteriormente, Yarmysh había acusado a las autoridades rusas de no permitir la salida de Navalni con la intención de ocultar el envenenamiento del opositor.
El hospital de la ciudad de Omsk rechazó las acusaciones asegurando que los test realizados a Navalni no habían revelado ninguna evidencia de dicha intoxicación.
Navalni había estado en Siberia en un viaje político para preparar las elecciones regionales de septiembre. Allí promovió su estrategia de lo que llamó un "voto inteligente", dirigido a votar por cualquier partido excepto el partido gubernamental, Rusia Unida.
El opositor ruso quiere romper el dominio del partido oficialista en Rusia. Es considerado el enemigo público número uno del Kremlin en política nacional.
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