Yacimiento de fósiles alemán cumple 25 años como patrimonio mundial

Por Oliver Pietschmann y Arne Dedert (dpa)
Messel (Alemania), 1 jun (dpa) - Al lado del parque nacional Yellowstone o el Gran Cañón, el yacimiento de fósiles de Messel, en el sur del estado federado alemán de Hesse, tiene un aspecto más bien poco espectacular.

Sin embargo, es posible encontrar allí rastros de una vida anterior muy lejana. Su importancia se encuentra bajo tierra. "Para la paleontología, Messel es de gran importancia", afirma Krister Smith de la Sociedad Senckenberg para la Investigación de la Naturaleza en Fráncfort.

Hace 25 años, este sitio fosilífero cerca de la ciudad de Darmstadt se convirtió en el primer patrimonio natural mundial de Alemania, y por eso se encuentra al mismo nivel que el Gran Cañon, Yellowstone o las Islas Galápagos.

Sin embargo, el área, descrito como "ventana a la prehistoria" por la comisión de la Unesco alemana, sirvió alguna vez a otros fines: "Si no se hubiera extraído aquí esquisto bituminoso, hoy día habría acá una colina", dice la gerente de la Fosa Patrimonio Mundial Messel S.L., Marie-Luise Frey.

Su tierra fue trabajada por más de cien años para obtener petróleo a partir del esquisto. "Hoy en día, la fosa es un archivo del tiempo y del clima", afirma Frey. Con hasta hoy decenas de miles de hallazgos de fósiles, los científicos pudieron reconstruir una imagen bastante exacta del estilo de vida y el clima en la región, en la que hace 48 millones de años había un clima tropical.

Los hallazgos son testigos de un mundo muy posterior a la extinción de los dinosaurios y muy anterior a que la evolución hiciera avanzar a los hombres de Neandertal y al hombre moderno.

Estos fósiles no son sólo fragmentos. Los científicos encontraron aquí al mono "Ida", probablemente el fósil completo de un primate más antiguo. También se hicieron mundialmente famosos los esqueletos de caballos prehistóricos completamente conservados.

Los animales, del tamaño de un perro salchicha, son los antepasados de los caballos actuales. También se hallaron fósiles de cocodrilos, hormigas gigantes, murciélagos y pájaros, que dan testimonio de un mundo lejano en el tiempo.

Hace 48 millones de años, el clima en la región era tropical. Había un lago volcánico en cuyas capas de agua más profundas había una zona sin oxígeno. Lo que caía al agua y se hundía allí no se descomponía, sin que fuera prensado en forma de piedra por los sedimentos que iban cayendo.

Algunos de los fósiles cuentan historias enteras. Es así como, de acuerdo con Krister Smith, fue encontrada una boa con una iguana en el estómago. Ésta, a su vez, se había tragado un insecto.

También es posible determinar qué insectos se posaban en qué flores. Los investigadores también encontraron tortugas que murieron mientras intentaban aparearse.