Disputa familiar en matadero alemán arroja luz sobre contagios

Por Annett Stein (dpa)
Berlín, 18 jun (dpa) - Una disputa familiar entre los propietarios de una empresa alemana de mataderos afectada por un gran brote de coronavirus ha arrojado luz sobre las condiciones de trabajo en la industria cárnica del país.

Robert Tönnies, uno de los dueños del Grupo Tönnies, una compañía líder de la industria alemana de la carne, instó hoy a su tío a renunciar por dirigir la firma de modo tal que cientos de trabajadores extranjeros se han infectado con el virus.

"El hecho de que, especialmente en los mataderos, las cifras de infecciones sean mucho más altas que la media se debe sin duda alguna al sistema de contratos con jornaleros; obliga a muchas trabajadoras y trabajadores a vivir en condiciones inaceptables relacionadas con un alto riesgo de contagio y que ofrecen poca protección si surge una infección", escribió Robert Tönnies en una carta abierta.

Tönnies y su tío, Clemens Tönnies, han estado en desacuerdo durante largo tiempo sobre los contratos con menos protecciones para los trabajadores.

La ministra alemana de Agricultura, Julia Klöckner, se sumó al debate señalando: "Cientos de infecciones en una sola empresa - estas condiciones son inaceptables".

Klöckner señaló que el brote será investigado a fondo y que esto conducirá a amplios cambios en las condiciones laborales.

Hasta ayer, al menos 657 trabajadores de un matadero de la compañía Tönnies ubicado en la región de Westfalia dieron positivos en las pruebas de coronavirus realizadas a comienzos de la semana.

Rápidamente, las autoridades locales pusieron en cuarentena a 7.000 personas, incluidas todas las que trabajaban en el lugar.

La producción en el matadero fue suspendida temporalmente y se cerraron las escuelas y guarderías de la zona.

Un miembro de la empresa culpó del brote de coronavirus al hecho de que algunos de los jornaleros habían regresado a sus países de origen en Europa Oriental durante un fin de semana largo, pero una científica puso en duda esta afirmación.

Isabella Eckerle, jefa del Centro de enfermedades virales emergentes de la Universidad de Ginebra, señaló que el fuerte brote se debe a las "desfavorables condiciones de trabajo y de vida".

"El período de incubación es de una media de cinco días, por lo que una visita de fin de semana difícilmente puede explicar un número tan grande de personas (infectadas)", apuntó la viróloga.

Según Eckerle, el esfuerzo físico durante el trabajo conlleva a una mayor propagación de partículas de coronavirus. Además, las manos y la vestimenta húmeda también pudieron haber promovido las infecciones.

"Sería importante aclarar hasta qué punto las máscarillas se usan en estrecho contacto durante el trabajo, y si existe siquiera la posibilidad de cumplir constantemente con las normas vigentes, como el distanciamiento y la higiene de las manos", argumentó la experta.