Desguace de turbinas eólicas marinas es nuevo mercado

Por Eckart Gienke (dpa)
Hamburgo, 17 may (dpa) - El desmantelamiento de generadores eólicos ubicados en el Mar del Norte aumentará considerablemente en los próximos años y será más costoso de lo previsto, según indican estudios del Instituto de Economía Internacional de Hamburgo (HWWI, por sus siglas en alemán) y otras instituciones internacionales.

HWWI anunció que de acuerdo a estos estudios conjuntos, 22 turbinas eólicas tendrán que ser retiradas del Mar del Norte este año. Además observó que en 2023 serán 123 y, en 2030, más de 1.000 las turbinas eólicas que habrán alcanzado el límite de su vida útil.

Debido a las difíciles condiciones climáticas en el mar y al costoso mantenimiento, se estima que la durabilidad técnica de las turbinas eólicas en alta mar es solo de 20 a 25 años, de cinco a diez años menos de lo que duran en tierra.

Después de este período, las turbinas son o bien recompuestas y reforzadas, lo que se entiende por repotenciación, o bien completamente desmanteladas y eliminadas.

Las centrales eólicas marinas alemanas no se ven afectadas inicialmente porque las turbinas más viejas solo tienen unos diez años. Sin embargo, hay plantas de energía eólica más antiguas en el Mar del Norte, por ejemplo en Escandinavia, los Países Bajos y Gran Bretaña.

Las empresas implicadas ya han adquirido una experiencia inicial en el desmantelamiento de plantas de energía eólica marina en los últimos años con unas 20 turbinas individuales y pequeños parques eólicos en varios países, principalmente en Suecia y Dinamarca.

Sin embargo, no hay un procedimiento estandarizado todavía, la industria es demasiado joven para esto. El desmantelamiento debe ser lo más ecológico posible y liberar la menor cantidad de dióxido de carbono posible.

"Los proyectos de desmantelamiento hasta la fecha han revelado una falta de documentación", dijo el investigador de HWWI Mirko Kruse. "Por ejemplo, los materiales utilizados en las plantas no se enumeraron en detalle, y la cantidad de hormigón utilizada en los cimientos también fue significativamente mayor de lo que se suponía originalmente", destacó.

No todas las empresas que fueron pioneras en las primeras turbinas de viento en el mar existen aún y por lo tanto faltan documentos de construcción.

En el estudio también se afirma que las condiciones del marco jurídico de los distintos países que bordean el Mar del Norte difieren e incluso se contradicen entre sí en algunos detalles.

Todavía no existe una regulación uniforme sobre si los cimientos de hormigón de las instalaciones pueden permanecer en su lugar mientras solo se retiran las superestructuras, por ejemplo, o sobre lo que ocurre con los cables de alimentación en el fondo del mar y en su interior.

La industria de la energía eólica está, por lo tanto, experimentando el mismo desarrollo que la producción de petróleo y gas, que tendrá que desmantelar cientos de plataformas en el Mar del Norte una vez que se agoten los yacimientos. Ya hay muchas compañías altamente especializadas en esto, se trata de un negocio multimillonario.

La industria eólica podría tener una situación similar. A más tardar cuando el número de plantas envejecidas aumente, la demolición también se convertirá en un negocio rentable para las empresas y sitios especializados.

"Necesitamos buenos conceptos de desmantelamiento para actuar de manera económica y ecológicamente eficiente y, por lo tanto, también para trabajar de manera sustentable", esgrimió Silke Eckardt, profesora de suministro de energía sustentable y eficiencia de recursos en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bremen.

Los costos de desmantelamiento de una central eólica se sitúan entre el dos y el diez por ciento de los costos de inversión, dependiendo de la ubicación y el equipo, y por lo tanto no son insignificantes. Ya hay más de 4.500 turbinas de viento en el Mar del Norte, y el número aumenta cada año.

Los puertos alemanes también esperan nuevas oportunidades. "Con sus puertos marítimos, el norte de Alemania en particular puede crear importantes puntos de contacto para futuras actividades en esta área", enfatizó Isabel Sünner de HWWI.

Dijo que además de los cuellos de botella en la infraestructura es previsible la falta de personal calificado para acompañar el proceso de desmantelamiento.

"Sin embargo, si los puertos y las industrias derivadas se adaptan ahora rápidamente a los desafíos que se avecinan, surgirá un nuevo campo de actividad para los emplazamientos del norte de Alemania", indicó la experta.