Anciano alemán podría reunirse pronto con su pareja danesa
El caso de los dos ancianos -Rasmussen tiene 85-, que se encuentran a diario en el cruce de frontera de Aventoft, en el norte de Alemania, para verse en medio de las restricciones, había cobrado notoriedad. Hansen afirmó el viernes que las nuevas regulaciones significan que Dinamarca está abriendo sus fronteras a los que se aman.
Desde el 14 de marzo, Hansen ha estado viajando en su bicicleta eléctrica desde el pueblo de Süderlügum hacia Aventoft para sus encuentros vespertinos con su pareja. Rasmussen llega al cruce, que se encuentra a mitad de camino de sus residencias, en su auto.
Los dos se sientan en sillas que llevan consigo y toman café frente a la barrera roja y blanca. Hansen dijo que cuando se enteraron de las nuevas medidas no lo podían creer y se dirigieron a un cruce de frontera cercano que no estaba bloqueado para un emotivo encuentro.
Allí les dijeron que Hansen podría viajar a Dinamarca, pero que Rasmussen no podía entrar a Alemania, una medida que Hansen afirma no entender del todo. "Alemania debería acompañar esta medida", señaló.
Hansen tenía previsto cruzar la frontera para ver a Rasmussen este fin de semana, pero por el momento seguirán los encuentros regulares en la frontera cerrada en Aventoft dado que, según Hansen, él aún podría ser deportado.
Aún no está del todo claro quién puede ingresar a Dinamarca y quién no. De acuerdo con un portavoz del Ministerio de Inmigración danés, esto debe ser decidido caso a caso por la policía en la frontera.
Por eso, Rasmussen y Hansen siguen apostando a lo seguro con sus encuentros en Aventoft: "No permitiremos que esto nos desanime", aseguró Hansen. "El amor es más fuerte que cualquier otra cosa", añadió.
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