En medio del coronavirus, la guerra del petróleo de Rusia y Arabia Saudita

RFI

Texto por:
Claire Fages
Arabia Saudita ha decidido bajar brutalmente el precio de su petróleo tras la negativa de Rusia a reducir la producción. Ya debilitados por el coronavirus, los precios del crudo se derrumbaron el lunes 9 de marzo.


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Desde la primera Guerra del Golfo que el precio del crudo no había experimentado una caída así: menos 30% en Asia el lunes 9 de marzo. Mientras que el coronavirus debilita la demanda de petróleo -debería caer este año por primera vez desde la crisis financiera, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE)-, Rusia no quiso prorrogar más allá de finales de marzo el acuerdo de caída de la producción vigente desde 2016 con la OPEP. En respuesta, Arabia Saudita decidió durante el fin de semana aumentar su producción en un millón de barriles por día y bajar el precio de sus barriles en 7 u 8 dólares a partir de abril.

Guerra de precios perdida de antemano
Es el regreso de la guerra de precios: cada quién por su cuenta y su cuota de mercado. "Un verdadero ultimátum de Arabia Saudita a Rusia", estima Pierre Terzian, editor del semanario Pétrostratégie. Rusia parece menos interesada a cooperar con Riad, puesto que ha consolidado con éxito su posición en el Oriente Medio. Pero según este experto, "esta guerra de precios está perdida de antemano: Arabia Saudita ya fracasó a mediados de los años 1980 contra el petróleo del Mar del Norte y luego en 2014 contra el petróleo de esquisto estadounidense. Y a Moscú no le gustan los ultimátums”, agrega.

Juego de perdedor-perdedor
“Es un juego en el que todos pierden”, añade Philippe Sébille-Lopez de Géopolia. El aumento de los volúmenes saudíes estará lejos de compensar la caída de los precios. Rusia también sufrirá, aunque dependa menos que Riad del petróleo para alimentar su presupuesto. Y ni hablar casos como los de Irak, Irán o Venezuela.

Reducción de las inversiones en África
Las empresas petroleras, cuyo precio de las acciones ha caído en picado, tendrán que reducir sus inversiones, sobre todo en África. Angola ya está luchando por mantener la producción. Nigeria se ha comprometido a tener el mayor presupuesto desde el retorno a la democracia, a pesar de una deuda externa de 25.000 millones de dólares. En el África occidental, los proyectos podrían retrasarse, aplazarse o incluso cancelarse.

El petróleo de esquisto, amenazado
El petróleo de esquisto bituminoso también está amenazado. Si el precio del barril se mantiene duraderamente por debajo de los 40 dólares, las empresas estadounidenses, endeudadas en exceso, no se recuperarán como después de 2014: los inversores ya no estarán ahí. La aceleración del declive de la producción estadounidense sería entonces el único motivo de satisfacción común para sauditas y rusos.