Refuerzan en Múnich apoyo a embargo de armas contra Libia
Múnich/Trípoli, 16 feb (dpa) – Cuatro semanas después de la cumbre sobre Libia celebrada en Berlín, el ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, consideró hoy en Múnich que el rumbo tomado en ese momento es el único que promete resolver el conflicto.
"Sabemos que no será una tarea fácil", aseguró el político socialdemócrata al margen de la Conferencia de Seguridad que culmina hoy en la capital del estado de Baviera.
Maas hizo referencia a que hace pocos días el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas manifestó su apoyo a lo resuelto entonces. "Fue un progreso enorme el que logramos en Nueva York".
En un encuentro de ministros de Exteriores en Múnich, los países que participaron en la cumbre de Berlín manifestaron una vez más su apoyo a la decisión de no inmiscuirse en el conflicto.
Los doce países y tres organizaciones internacionales presentes subrayaron su meta de implementar el embargo de armas dispuesto por Naciones Unidas desde 2011.
El organismo lamentó que varios estados participantes no cumplieran con lo firmado en la cumbre de Berlín y enviaran combatientes y armas a Libia.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, mencionó hace poco expresamente a los Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Rusia y Turquía y habló incluso de un escándalo.
Tras el derrocamiento y la muerte del dictador Muammar al Gaddafi estalló una guerra civil en Libia en 20111, conflicto que escaló en abril del año pasado.
Con apoyo en especial de los Emiratos Árabes Unidos, Rusia y Egipto, el poderoso general Jalifa Haftar combate al Gobierno reconocido internacionalmente de Fayez al Sarraj, que cuenta con el apoyo de Turquía.
Haftar controla ya gran parte del país. El cese del fuego acordado en enero es frágil.
La meta del acuerdo alcanzado en Berlín es poner fin a la ingerencia exterior y así posibilitar un proceso de paz en Libia.
Entre los países que decidieron estas medidas están aquellos que están influyendo en el conflicto, además de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido.
La Unión Europea deliberará este lunes sobre cómo puede ayudar a implementar el embargo de armas.
Debido a los movimientos migratorios de África hacia Europa a través del Mediterráneo, Alemania tiene interés en encontrar una solución al conflicto en Libia, considerado el principal país de transición.
La economía libia depende casi completamente de los ingresos provenientes del negocio del petróleo. El primer ministro Sarraj advirtió que el bloqueo de importantes instalaciones petroleras y puertos de exportación por parte de Haftar llevará a una "crisis financiera catastrófica". El bloqueo ya generó pérdidas por 1.400 millones de dólares.
"Sabemos que no será una tarea fácil", aseguró el político socialdemócrata al margen de la Conferencia de Seguridad que culmina hoy en la capital del estado de Baviera.
Maas hizo referencia a que hace pocos días el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas manifestó su apoyo a lo resuelto entonces. "Fue un progreso enorme el que logramos en Nueva York".
En un encuentro de ministros de Exteriores en Múnich, los países que participaron en la cumbre de Berlín manifestaron una vez más su apoyo a la decisión de no inmiscuirse en el conflicto.
Los doce países y tres organizaciones internacionales presentes subrayaron su meta de implementar el embargo de armas dispuesto por Naciones Unidas desde 2011.
El organismo lamentó que varios estados participantes no cumplieran con lo firmado en la cumbre de Berlín y enviaran combatientes y armas a Libia.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, mencionó hace poco expresamente a los Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Rusia y Turquía y habló incluso de un escándalo.
Tras el derrocamiento y la muerte del dictador Muammar al Gaddafi estalló una guerra civil en Libia en 20111, conflicto que escaló en abril del año pasado.
Con apoyo en especial de los Emiratos Árabes Unidos, Rusia y Egipto, el poderoso general Jalifa Haftar combate al Gobierno reconocido internacionalmente de Fayez al Sarraj, que cuenta con el apoyo de Turquía.
Haftar controla ya gran parte del país. El cese del fuego acordado en enero es frágil.
La meta del acuerdo alcanzado en Berlín es poner fin a la ingerencia exterior y así posibilitar un proceso de paz en Libia.
Entre los países que decidieron estas medidas están aquellos que están influyendo en el conflicto, además de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido.
La Unión Europea deliberará este lunes sobre cómo puede ayudar a implementar el embargo de armas.
Debido a los movimientos migratorios de África hacia Europa a través del Mediterráneo, Alemania tiene interés en encontrar una solución al conflicto en Libia, considerado el principal país de transición.
La economía libia depende casi completamente de los ingresos provenientes del negocio del petróleo. El primer ministro Sarraj advirtió que el bloqueo de importantes instalaciones petroleras y puertos de exportación por parte de Haftar llevará a una "crisis financiera catastrófica". El bloqueo ya generó pérdidas por 1.400 millones de dólares.
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