EE.UU. cree que la visita de Delcy Rodríguez a España supuso una violación de sanciones

DIARIO ABC - DAVID ALANDETE

«No entendemos cómo pudo llegar la vicepresidenta de Maduro a Madrid», dice Elliott Abrams, representante especial para la crisis venezolana

El Gobierno de Estados Unidos, que sigue de cerca las últimas revelaciones sobre el escándalo de la visita de la vicepresidenta de Nicolás Maduro al aeropuerto de Madrid y su encuentro con el ministro José Luis Ábalos, cree que esta visita y la conversación telefónica que tuvo lugar con el presidente Pedro Sánchez podría suponer una violación de las sanciones impuestas por la Unión Europea contra el régimen de Venezuela por sus repetidas violaciones de los derechos humanos.

Según el representante especial de EE.UU. para la crisis venezolana, el embajador Elliott Abrams, «esa visita a Madrid parece una violación de sanciones europeas. No entiendo cómo ella ha podido llegar a Madrid. Y evidentemente vemos investigaciones por parte de la Prensa española y no entendemos el cien por ciento de lo que pasó».

La diplomacia norteamericana ha pedido explicaciones al ejecutivo español por recibir a la vicepresidenta, Delcy Rodríguez. Abrams, que ha mantenido conversaciones con los medios el jueves y el viernes tras verse en Washington con Juan Guaidó, lamentó además que la información de esa visita vaya apareciendo con cuentagotas y principalmente por la labor de la prensa, que ha sido atacada por Sánchez por ello.


Preguntado si el Gobierno norteamericano ha estado ya en contacto con homólogos españoles sobre este escándalo que salpica directamente a la Presidencia del Gobierno, Abrams responde afirmativamente. «¿Si hemos estado en contacto ya? Sí. Creo que es algo predecible. Quiero decir, estamos en contacto con los gobiernos europeos constantemente para hablar sobre Venezuela, entre muchos otros temas», asegura Abrams.

Según ha publicado ABC, y han confirmado en días recientes otras investigaciones por parte de periodistas venezolanos, la vicepresidenta Rodríguez llamó a Pedro Sánchez por teléfono para instarle a que no recibiera a Juan Guaidó en su inminente visita. Sánchez no lo recibió y dejo esa labor en manos de su nueva ministra de Exteriores, Arancha González Laya.

El embajador Abrams, un veterano de la diplomacia norteamericana, asegura que le parece «lamentable que el presidente Sánchez no haya aceptado reunirse con Guaidó». Esto contrasta según Abrams con que Washington haya recibido «una serie de garantías de que el compromiso de España con la restauración de la democracia en Venezuela se mantiene firme».

ABC preguntó a Abrams si cree que Repsol, que tiene negocios millonarios en el sector petrolífero de Venezuela sobre todo para el cobro de deuda, puede ser objeto de chantaje por parte de Maduro. El embajador cree que no: «Tenemos muy buenas comunicaciones con Repsol. Sostiene inversiones en los EE.UU. y muchos países y hablamos con frecuencia con la gerencia de Repsol, y Repsol nunca ha estado, ni quiere estar, en contravención de las leyes o sanciones de EE.UU. Y evidentemente si las condiciones o las acciones cambian, hablaremos con Repsol».

«¿Puede el gobierno de Maduro presionar al gobierno español por vía de Repsol? Bueno, pueden tratar de hacerlo, pero después de todo, con toda franqueza, Repsol es una compañía muy grande e internacional, con muchos intereses e inversiones, en EE.UU., y es lógico que Maduro trate de presionar por Repsol, pero yo no diría que tendrá mucho éxito. Después de todo, Repsol tiene muchos más intereses fuera de Venezuela que dentro de Venezuela», dice el embajador.

Como Repsol, la estadounidense Chevron sigue participando de la compra de crudo venezolano gracias a exenciones periódicas que emite el gobierno. «Si esas empresas no están violando las sanciones, entonces lo que están haciendo no es contrario a las reglas que EE.UU. trata de establecer. Y hay una serie de compañías, podemos comenzar con Chevron, que permanecen en Venezuela y que claramente no están violando las sanciones de EE.UU. en la actualidad», asegura el embajador. Eso sí, dice Abrams que «las reglas sobre sanciones siempre pueden cambiar. Las licencias que se otorgan se pueden revocar; las que han sido revocadas pueden ser devueltas. Las reglas del juego pueden cambiar».

El viernes llamó a su homóloga española el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo. Según el departamento de Estado lo hizo para establecer un primer contacto tras la investidura y la formación de Gobierno. En el comunicado en que se anunció esa conversación, la portavoz de la diplomacia norteamericana, Morgan Ortagus, dijo que ambos ministros «hablaron de esfuerzos multilaterales para enfrentarse a los desafíos globales y estrategias para avanzar en asuntos bilaterales». En ese comunicado no se menciona expresamente a Venezuela.

La ministra González Laya visita Nueva York los días 12 y 13 de febrero de 2020 para verse con el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Tijjani Muhammad-Bande, y el Secretario General, António Guterres, e intervenir ante el Consejo de Seguridad. En este viaje a EE.UU. no tiene previsto, de momento, venir a Washington.

Sí estuvo el viernes en Washington el alto representante de Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell. Según Ortagus, la portavoz diplomática, los dos ministros hablaron de «la perspectivas de paz en Oriente Próximo, las relaciones comerciales entre EE.UU. y la UE, y responsabilizaron a Irán y Rusia por sus acciones desestabilizadoras. También discutieron el apoyo para un alto el fuego duradero y el retorno a un proceso político tanto en Libia como en Siria, la cooperación entre EE.UU. y la UE en Ucrania y el apoyo a la democracia en Venezuela».


Sánchez fue el único jefe de gobierno de los países que visitó Guaidó que rechazó verse con el presidente encargado de Venezuela. Por otra parte, el Gobierno recordó ayer que el viaje de José Luis Rodríguez Zapatero a Venezuela, en el que se vio con Maduro y Delcy Rodríguez, se hizo a título «estrictamente particular sin ostentar ningún cargo de representación y sin mandato alguno del Gobierno de España». Por tanto, explica, no tiene ningún comentario que hacer sobre el asunto.