La negociación le dio a Nicolás Maduro tiempo para fortalecerse en el poder

TAL CUAL

José Luis Carrillo

Encuentros y conversaciones en Noruega, Suecia y Barbados no produjeron resultado alguno para dar solución a la crisis política de Venezuela, mientras que la negociación en la mesa de diálogo nacional  hasta ahora ha demostrado ser también estéril


Luego de la precaria situación económica en la que entraba Venezuela por la fuerte caída de los precios del petróleo, la merma en la producción de crudo y la hiperinflación, parecía que el gobierno de Nicolás Maduro se encontraba contra la pared a principios de 2019. Sin embargo, el Ejecutivo apeló como en anteriores oportunidades a una negociación y esto le permitió ganar tiempo suficiente para capear el temporal, fortalecerse en el poder y dejar que la oposición se desgastara en sus diatribas internas y sus cuestionables desempeños.

La gestión del “heredero” de Hugo Chávez atravesó serios problemas a partir del 5 de enero, cuando Juan Guaidó asumió la presidencia de la Asamblea Nacional (AN-Parlamento) y aseguró que Nicolás Maduro estaría usurpando la presidencia de la República una vez culminado el período constitucional el 10 de enero (por el cuestionamiento, por parte de la oposición, a las elecciones del 20 de mayo de 2018 en las que el mandatario resultó reelecto sin que los sectores más importantes de los que le adversa participaran en las mismas)



Las dificultades se acentuaron semanas después, específicamente el 23 de enero, cuando Juan Guaidó se proclamó presidente encargado de Venezuela y recibir el respaldo de más de 100 países, especialmente EEUU, Canadá y varios de la Unión Europea, lo que estrechó el cerco a las posibilidades financieras del gobierno chavista.

Mecanismo de negociación
Evidentemente presionado, Nicolás Maduro había declarado el 18 de enero en una entrevista de televisión internacional el 18 de enero, en la manifestó su deseo de conversar hasta con el mismísimo presidente de EEUU, Donald Trump.

Luego que la potencia norteamericana impusiera una serie de sanciones a la estatal petrolera Pdvsa, principal industria del país, Maduro insistió en que se encontraba listo para negociar con la oposición y aseguró que Juan Guaidó estaba promoviendo un golpe de Estado.

Surgió un intento de acercar a las facciones en disputa a través del llamado “mecanismo de Montevideo”, mediante el cual los gobiernos de México, Uruguay y de países del Caricom buscaron que las partes se acercaran a conversar, en una iniciativa aparentemente favorecida por el gobierno chavista por su cercanía con el de Uruguay.

Paralelamente se había formado el Grupo de Contacto Internacional, impulsado por la Unión Europea, e integrado además por Bolivia y México, y que buscaba gestionar un diálogo y negociación entre la oposición y Nicolás Maduro y que sumó sus esfuerzos al mecanismo de Montevideo para presionar el mandatario venezolano a buscar una salida negociada al conflicto venezolano.

Negociación en secreto
A pesar de los muchos rumores que circularon en las redes sociales sobre una nueva ronda de conversaciones entre el gobierno y la oposición, no fue hasta principios de mayo de 2019 que se conoció que representantes de los dos bandos enfrentados estaban participando de rondas preliminares de negociación en Oslo, Noruega, bajo los auspicios y mediación del reino de ese país.

Durante el mes de abril, Guaidó había negado que estuviera participando de encuentros con el gobierno. Sin embargo, el primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, mostró unas grabaciones en video donde aparecía el propio presidente de la AN asistiendo a una reunión con enviados del chavismo.



Finalmente se conoció que Héctor  y Jorge Rodríguez fueron los representantes del chavismo en las conversaciones de Oslo, mientras que Gerardo Blyde y Fernando Martíez Móttola asistieron como emisarios de Juan Guaidó en esas primeras aproximaciones.

Voluntad de negociación
El 27 de mayo se produjo la primera sesión oficial de negociaciones entre los emisarios de uno y otro sector en la capital de Noruega. “Las partes han demostrado su voluntad de avanzar en la búsqueda de una solución acordada y constitucional para el país, que incluya asuntos políticos, económicos y electorales”, afirmó en un comunicado la ministra de Relaciones Exteriores de ese páis, Ine Eriksen Søreide, quien indicó que se había pedido a las partes cautela en sus declaraciones a la prensa sobre lo abordado en la reunión.

Los encuentros continuaron sin que se conocieran mayores detales sobre los puntos que se estaban negociando. El ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega aclaró que el mecanismo de diálogo a seguir era que nada estaba acordado hasta que todo quedara acordado.

A mediados de junio el proceso de negociación parecía estancado y fue el gobierno de Suecia el que promovió un nuevo encuentro de los respectivos representantes en ese país, para evitar que cesaran los acercamientos.

No obstante, Juan Guaidó anunció poco después que no enviaría a sus representantes a las citas previstas en el país nórdico, en atención a la muerte y las denuncias de torturas que habría sufrido el capitán de fragata Acosta Arévalo, quien se encontraba preso.

Al Caribe
El ocho de julio, el Reino de Noruega hizo pública que el mecanismo de negociación con su mediación sería retomado en Barbados, país caribeño al que se trasladaron las delegaciones de las dos aceras en pugna.

Luego de un primer encuentro en la isla, circularon rumores de que los bandos mostraron disposición a resolver el conflicto venezolano con un proceso eleccionario que incluyera la escogencia del presidente de la República y se adelantó que se preveía que Nicolás Maduro no sería candidato del chavismo. Sin embargo, fue el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, quien echó por tierra tales conjeturas al enfatizar que el gobierno solo aceptaría unas elecciones de diputados a la AN.



Aparentemente, las partes habían llegado a un acuerdo en prácticamente todos los puntos discutidos en el mecanismo de Barbados, entre ellos la liberación de presos por razones políticas y levantamiento de sanciones financieras. El propio Nicolás Maduro aseguró que se habían acordado seis puntos y la agencia internacional Bloomberg indicó que la delegación del gobierno mostró disposición a realizar una elección presidencial, pero esto fue seguidamente rechazado por el ala más radical del chavismo.

El asesor de la Casa Blanca, Donald Trump, advirtió a comienzos de agosto, que Nicolás Maduro no esta siendo serio al negociar con la oposición y que simplemente estaba ganando tiempo.

Retiro
El siete de agosto, el gobierno de Nicolás Maduro anunció que no asistiría a próximas reuniones de negociación en Barbados debido a una medida del gobierno de Donald Trump que congeló activos del Estado venezolano en EEUU.

Inmediatamente después de anunciar la medida, se informó la conformación de una mesa de diálogo nacional, en un acto realizado en la Casa Amarilla, sede de la cancillería, al que asistieron dirigentes de partidos con escasa o ninguna representación en el Parlamento, como Cambiemos (encabezado por el diputado Timoteo Zambrano), Avanzada Progresita (partido del exgobernador de Lara, Henri Falcón), el MAS (presidido por Felipe Mujica) y Soluciones (de Claudio Fermín).



De esta manera Maduro desconoció a la mayoría de los diputados a la Asamblea Nacional, elegidos el 15 en diciembre de 2015 para impulsar una supuesta negociación con sectores minoritarios de la oposición.

En esa oportunidad, se anunció que  se conformarían mesas de trabajo para abordar las diferentes áreas en las que se tenían divergencias para buscar acuerdos, como el electoral, el financiero, la liberación de presos por razones políticas y hasta se promovió un acuerdo para reafirmar el reclamo sobre el territorio Esequibo.



Al día siguiente de conformarse la que después fue llamada “mesita de diálogo”, por parte de sectores de la oposición, se produjo la liberación del primer vicepresidente de la AN, Édgar Zambrano, quien había sido detenido porque fue a encontrarse con el presidente del Parlamento, Juan Guaidó, el 30 de abril durante el alzamiento de algunos sectores militares.

Plazo
El 23 de septiembre se conformaron las mesas técnicas para abordar el equilibrio entre los Poderes Públicos, soberanía e integridad territorial y la conformación de un nuevo Consejo Nacional Electoral.

Precisamente sobre este último punto, la mesa de diálogo nacional se otorgó un plazo de 20 días para presentar un informe y propuestas para renovar a las autoridades electorales.

El 18 de noviembre, Claudio Fermín, vocero de la oposición, y el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, informaron que la mesa de diálogo nacional había logrado los siguientes acuerdos:

El establecimientio de garantías electorales amplias para el evento electoral de 2020, lo que incluye un nuevo CNE.
Acuerdos en materia económica, social, como la instrumentación del intercambio de petróleo por medicina y alimentos y eliminar los impuestos a una gran cantidad de rubros, para que la población tenga exceso a ellos con un precio menor. Ambas fueron propuestas por los sectores de la oposición que participan en el diálogo.
La reconciliación nacional, que pasa por el reconocimiento de quien haya sido victimario contra una persona o contra bienes públicos o bienes privados. "Es imprescindible que la voz de las víctimas sea escuchada, quienes vieron con horror cómo seres humanos fueron quemados vivos por su color de piel o por parecer de un partido político", dijo.
Demora
Sin embargo, los convenios no se han materializado, a la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, le corresponde nombrar a las autoridades electorales y no ha avanzado hacia ello; del intercambio de petróleo por medicinas y alimentos se ha logrado unos acuerdos pequeños con países como India y en cuanto a la reconciliación, se han dado retrocesos por la detención de nuevos dirigentes opositores y diputados, como el parlamentario Gilber Caro.

Luego del escándalo de la participación de varios diputados opositores, la mayoría pertenecientes a la comisión de Contraloría de la AN, en una trama de sobornos para encubrir irregularidades relacionadas con el programa social de las cajas CLAP, así como el subsiguiente descenso del respaldo a Juan Guaidó para que repita como presidente del Poder Legislativo en 2020, la oposición luce débil y desorientada, mientras el gobierno de Nicolás Maduro, que supo jugar con el tiempo, ha salido fortalecido con su política de buscar una negociación en la que nunca ha tenido intención de ceder el punto principal: el sometimiento a una elección debidamente garantizada y supervisada, la renovación de la presidencia de la República.