Crítico alemán: "Corrección política en literatura es una barbaridad"
Augsburgo (Alemania), 18 ene (dpa) - El crítico alemán Denis Scheck consideró que la corrección política en la literatura puede ser un "barbaridad", según declaraciones publicadas hoy por el periódico "Augsburger Allgemeine".
El crítico explicó que le molesta cuando conceptos como "negro" o "gitano" son prohibidos en clásicos de la literatura infantil de Astrid Lindgren u Otfried Preussler.
"Es lo mismo que entrar en un museo con un cubo de pintura y pintar sobre los genitales. Es una barbaridad", sostuvo Scheck.
Según explicó, las palabras criticadas son denominaciones "que actualmente solo siguen utilizando los bobos, que no poseen ningún tipo de sensibilidad idiomática", pero asimismo conceptos "que en épocas pasadas eran cotidianos".
"Como las obras de Lindgren y Preussler son obras de arte, no podemos simplemente oscurecer palabras o reemplazarlas por otras menos escandalosas", analizó.
Scheck ya había sido blanco de críticas en 2013, porque en protesta contra el tachado de la palabra "negro" en clásicos de la literatura infantil como "Pippi Calzaslargas" (Lindgren) y "La pequeña bruja" (Preussler) apareció con el rostro maquillado de negro en su programa en el canal ARD.
Durante la entrevista, Scheck consideró que no debe valorarse a los autores a la luz de sus posiciones políticas. En este sentido, instó: "Tenemos que terminar de pensar en blanco o negro, percibamos los matices del gris".
"Debemos darnos cuenta de que puedes ser un nazi ferviente y un buen artista. Que puedes ser antisemita como el Theodor Fontane anciano y al mismo tiempo puedes escribir literatura universal con el 'Stechlin'", aseveró el crítico.
"Solo quiero advertir que no hay que trasladar la convicción política al espacio de la estética. Trabajar en mi canon me enseñó que la historia de la literatura está conformada por una aglomeración de delincuentes, criminales, psicópatas, putañeros y estafadores", expresó sobre su libro "Las 100 obras más importantes de la literatura universal".
El crítico explicó que le molesta cuando conceptos como "negro" o "gitano" son prohibidos en clásicos de la literatura infantil de Astrid Lindgren u Otfried Preussler.
"Es lo mismo que entrar en un museo con un cubo de pintura y pintar sobre los genitales. Es una barbaridad", sostuvo Scheck.
Según explicó, las palabras criticadas son denominaciones "que actualmente solo siguen utilizando los bobos, que no poseen ningún tipo de sensibilidad idiomática", pero asimismo conceptos "que en épocas pasadas eran cotidianos".
"Como las obras de Lindgren y Preussler son obras de arte, no podemos simplemente oscurecer palabras o reemplazarlas por otras menos escandalosas", analizó.
Scheck ya había sido blanco de críticas en 2013, porque en protesta contra el tachado de la palabra "negro" en clásicos de la literatura infantil como "Pippi Calzaslargas" (Lindgren) y "La pequeña bruja" (Preussler) apareció con el rostro maquillado de negro en su programa en el canal ARD.
Durante la entrevista, Scheck consideró que no debe valorarse a los autores a la luz de sus posiciones políticas. En este sentido, instó: "Tenemos que terminar de pensar en blanco o negro, percibamos los matices del gris".
"Debemos darnos cuenta de que puedes ser un nazi ferviente y un buen artista. Que puedes ser antisemita como el Theodor Fontane anciano y al mismo tiempo puedes escribir literatura universal con el 'Stechlin'", aseveró el crítico.
"Solo quiero advertir que no hay que trasladar la convicción política al espacio de la estética. Trabajar en mi canon me enseñó que la historia de la literatura está conformada por una aglomeración de delincuentes, criminales, psicópatas, putañeros y estafadores", expresó sobre su libro "Las 100 obras más importantes de la literatura universal".
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