Casco histórico de Barquisimeto agoniza entre ruinas

DIARIO LA PRENSA DE LARA

Ana Uzcátegui | LA PRENSA de Lara - El centro fundacional de Barquisimeto está desapareciendo lentamente, sin que las autoridades municipales hagan algo para su conservación. Las casas antiguas que datan en su mayoría de mediados del siglo XIX, de corte colonial, ubicadas en el perímetro que va desde la carrera 14 hasta la 18, y que incluye a las calles 21 hasta la 27, hoy sólo son ruinas.
La mayoría de sus propietarios las han abandonado por la cantidad de derrumbes registrados, y ahora son los invasores, los que ocupan estos espacios declarados Zona de Valor Histórico, por la Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación.

"En el año 1983, cuando el presidente de la República Luis Herrera Campins, intentó proteger está zona, existían 150 lotes de viviendas clasificados, hoy quedan menos de 40. Lo poco que se conserva del casco histórico se reduce a una manzana. Las casas que están ubicadas alrededor de la Plaza Lara y las que rodean la Plaza La Justicia", especificó Ivan Brito, costumbrista.

El académico sostiene que para la Alcaldía de Iribarren y el Concejo Municipal, las leyes que rigen la protección y preservación del patrimonio cultural, son letra muerta. "Los particulares se sienten desamparados. La ley dice que el Estado, se encargará de propiciar el presupuesto para mantener estas casas antiguas, y la ordenanza indica que el Instituto Municipal de Cultura y Arte (IMCA), es el ente encargado de cuidar el patrimonio y velar por su mantenimiento. La realidad es que esa institución no se ha preocupado por eso. Su único interés siempre ha sido realizar fiestas y conciertos", expresó.

Yuyita de Chiossone, coordinadora de la Fundación Amigos del Casco Histórico, es víctima de la desidia que reina en la zona histórica de Barquisimeto. Su vivienda, ubicada en la carrera 16 con calle 24, se derrumbó, al igual que las casas contiguas de la cuadra.

"La situación es de un deterioro absoluto. La parte física ha sido afectada por la humedad, porque está zona tiene muchos ojos de agua subterráneos, que no fueron canalizados con desagües hacia al Río Turbio. Las casas comenzaron a desplomarse por sus paredes de tierra pesada, que se agrietan y absorben el agua", explicó.

Comentan que la mayoría de los propietarios abandonaron sus casas, movidos por la crisis económica, porque conservarlas cuesta una millonada.

Mantener estas viviendas construidas con paredes trabadas de adobe, tierra y bosta de vaca, cuyos techos son de bahareque o caña brava, cuesta un ojo de la cara. "Se debe lidiar con el comejen. La última fumigación que hizo malariología con colaboración de empresas privadas, fue hace tres años. Pero esta plaga debe tratarse cada seis meses. Ahora Contraloría Sanitaria no cuenta con los químicos e insumos necesarios para fumigar y costearlo cuesta en dólares", indicó Yuyita de Chiossone.

Precisó que entre las casas que se han perdido por el tiempo, la crisis y la inacción municipal, único ente con competencia directa en la conservación del patrimonio cultural, según lo establece la Constitución en su artículo 178. Han sido la de la ilustre promotora cultural, Casta Joaquina Riera, en la calle 29 con carreras 17 y 18. Su vivienda es estrago de lo que un día representó el desarrollo de la urbe, y desde 2014, esas ruinas son ocupadas por invasores.

Chiossone comentó que el lote de casas que eran propiedad del general Juan Bautista Rodríguez, héroe de la independencia, ubicadas en la carrera 16 con calle 24, se convirtieron en un polvorín y escombros, "Para muchos habitantes, es más fácil vender las edificaciones, que mantenerlas", resaltó.

Ivan Brito, costumbrista, comentó que esa ha sido una de las principales razones por las que el casco histórico este muriendo. "La gente prefiere dejar que se termine de caer la casa para rematarla, pero esos compradores no conservan su estructura, así pasó con el edificio que construyeron frente a la Plaza Lara, (Eco Boutique Plaza Hotel), donde violaron toda normativa legal", alertó.

Esas casas están en el Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano y aunque se vendan, el comprador debe conservar su fachada con los materiales de construcción original, y sólo las puede intervenir un urbanista del Instituto de Patrimonio Cultural de Venezuela (IPC). "Hay una gran ignorancia en materia de conservación del casco histórico. Su defensa, debería ser enseñada en las escuelas, pero es materia pendiente para la ciudadanía", comunicó.