Se retira la campeona olímpica alemana de ciclismo Sabine Spitz
Grächen (Suiza), 20 sep (dpa) - Todo había empezado en 1993 con una bicicleta prestada en la ciudad de Herrischried. Sabine Spitz tenía entonces 22 años, una edad que parecía ya muy avanzada para comenzar una carrera en las competencias de "mountain bike" o ciclismo de montaña.
Pero la entonces analista de laboratorio había descubierto su pasión. Primero como hobby después de la jornada laboral, luego ya como una apuesta total por el ciclismo que implicó la renuncia a su trabajo.
En retrospectiva, esta fue la decisión correcta ya que Spitz tuvo una carrera notable. Campeona olímpica, campeona del mundo, 20 veces campeona de Alemania. Ha cosechado éxitos en serie, incluso en su madurez.
El domingo llegará todo a su fin: A la edad de 47 años, la "Grand Dame" de la bicicleta de montaña competirá en su última carrera en el Campeonato del Mundo de Maratón en Grächen. Será su participación número 36 en un campeonato mundial.
"Sin embarho, no siento nostalgia porque creo haber hallado el momento ideal para poner fin al capítulo del deporte de competición al más alto nivel", declaró Spitz, quien reconoció no encontrar ya "la motivación y la diversión para entrenar duro".
En ese sentido, la disciplina de ciclismo de montaña ha evolucionado y Spitz siempre se mantuvo a tono durante todos estos.
En 2004 ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, pero la coronación llegó cuatro años más tarde en Pekín con el oro olímpico. En Londres 2012 se llevó la medalla de plata, mientras que en los Juegos de Río de Janeiro se quedó sin oportunidades por una lesión en una rodilla.
Luego de Brasil quiso dejar de competir, pero no era así como debía culminar su carrera.
En todo caso, Spitz no solo es una mujer poderosa sobre las dos ruedas, sino que también encuentra palabras claras cuando se habla de dopaje. La excepcional atleta se ha pronunciado a favor de sanciones severas y también ha impulsado una política de no tolerancia entre sus compañeros ciclistas de montaña. El Comité Olímpico Internacional (COI) la honró por ello.
El domingo le espera una carrera de 68 kilómetros, a 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar. "Daré todo antes de entrar en mi jubilación", anticipó.
Pero la entonces analista de laboratorio había descubierto su pasión. Primero como hobby después de la jornada laboral, luego ya como una apuesta total por el ciclismo que implicó la renuncia a su trabajo.
En retrospectiva, esta fue la decisión correcta ya que Spitz tuvo una carrera notable. Campeona olímpica, campeona del mundo, 20 veces campeona de Alemania. Ha cosechado éxitos en serie, incluso en su madurez.
El domingo llegará todo a su fin: A la edad de 47 años, la "Grand Dame" de la bicicleta de montaña competirá en su última carrera en el Campeonato del Mundo de Maratón en Grächen. Será su participación número 36 en un campeonato mundial.
"Sin embarho, no siento nostalgia porque creo haber hallado el momento ideal para poner fin al capítulo del deporte de competición al más alto nivel", declaró Spitz, quien reconoció no encontrar ya "la motivación y la diversión para entrenar duro".
En ese sentido, la disciplina de ciclismo de montaña ha evolucionado y Spitz siempre se mantuvo a tono durante todos estos.
En 2004 ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, pero la coronación llegó cuatro años más tarde en Pekín con el oro olímpico. En Londres 2012 se llevó la medalla de plata, mientras que en los Juegos de Río de Janeiro se quedó sin oportunidades por una lesión en una rodilla.
Luego de Brasil quiso dejar de competir, pero no era así como debía culminar su carrera.
En todo caso, Spitz no solo es una mujer poderosa sobre las dos ruedas, sino que también encuentra palabras claras cuando se habla de dopaje. La excepcional atleta se ha pronunciado a favor de sanciones severas y también ha impulsado una política de no tolerancia entre sus compañeros ciclistas de montaña. El Comité Olímpico Internacional (COI) la honró por ello.
El domingo le espera una carrera de 68 kilómetros, a 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar. "Daré todo antes de entrar en mi jubilación", anticipó.
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