Mucho más que un oráculo: inauguran el Museo del Futuro en Berlín

Por Ulrike von Leszczynski (dpa)
Berlín, 2 sep (dpa) - El edificio del flamante Museo del Futuro, o "Futurium", que se levanta como un par de lentes de realidad virtual gigantesco cerca de la Estación Central de Trenes de Berlín, se inaugurará el jueves en la capital alemana.


El Futurium berlinés es un espacio de presentación para bosquejos de futuro y una pista de experimentación para mentes despiertas.

La idea fundadora es compleja: ¿Cómo se puede presentar algo que aún no existe? "Un único futuro no existe", señala Stefan Brandt, director del Futurium. Brandt ve su museo como una plataforma donde bosqujear posibles futuros aunque añade que, si esto se da o no, debe quedar abierto.

Pero aquí no se trata de pura magia: el Futurium es un museo de ciencias anclado en el presente. Sin embargo, aquí todos pueden experimentar y opinar, incluso los niños. La pregunta fundamental se puede leer en tipografía de gran formato sobre el frente de vidrio oscuro junto al río Spree berlinés: ¿Cómo queremos vivir?

El museo está financiado en conjunto por el Ministerio alemán de Investigación, las grandes asociaciones alemanas de investigación, la industria innovadora y fundaciones.

Si bien la idea de un Museo del Futuro no tiene antecedentes en Alemania, pronto no será el único en el país: el próximo Futurium está planeado ya para ser inaugurado en 2020 como edificio colateral del Museo Alemán en Núremberg.

La construcción del Futurium, que tuvo un costo de 58 millones de euros (unos 63 millones de dólares), también es un ejemplo de arquitectura sostenible.

El museo cuenta con una unidad de generación de calor y electricidad y también utiliza energía solar térmica. En su interior es museo, taller de futuro y espacio de eventos en uno. Los límites son deliberadamente fluídos, las exposiciones cambiarán constantemente.

Los tres grandes ejes temáticos -la naturaleza, el ser humano y la tecnología- reflejan debates en torno al cambio climático, la generación de energía o la inteligencia artificial y permiten desarrollar otros "futuros" posibles.

El sótano está ocupado por experimentos que van desde la movilidad autónoma hasta cortes por rayos láser. Muchas propuestas están pensadas de manera que también niños y adolescentes las puedan entender e interactuar con ellas.

El museo gira en torno de los visitantes, en su recorrido, como un torbellino, como el mismo "Tornado" blanco, una gran instalación de arte que cuelga del techo.

La directora de la exposición, Gabriele Zipf, explica que esta obra representa la increíble aceleración del mundo en los últimos 200 años. "Es un paquete de cosas buenas y malas", dice. Queda la pregunta abierta sobre qué hará el futuro con esta herencia.

Luego el visitante entra en un túnel que conduce al área de la tecnología. Aquí, las preguntas abiertas oprimen al visitante: ¿Con qué tecnologías queremos vivir, qué deberían poder hacer los robots y qué mejor no? ¿Cómo queremos trabajar?

"El clima social ha cambiado. No todos somos optimistas con respecto al futuro", dice el director Brandt, y está convencido de que los miedos también pueden hacernos productivos.

En el "Human Think Tank", los visitantes pueden cuestionar su propio comportamiento: ¿Cómo combinar la protección del clima y el consumo? Aquí no se trata de señalar con el dedo a nadie.

En el área natural se presenta un mosaico de energía renovable en bolas de cristal. ¿Puede llegar la energía de la luna en un futuro?

La curiosidad es el mejor requisito para el sótano del Futurium. Aquí, en el laboratorio, el futurólogo y diseñador de juegos David Weigend ha creado un patio de recreo de alta tecnología lleno de monitores y plataformas interactivas.

La instalación "Noosphere" de Philipp Besley, en un rincón de la sala, silba, gorjea y parpadea cuando los visitantes se paran debajo: aquí, el arquitecto canadiense juega a nivel filosófico y científico con la cuestión de cómo podríamos vivir en el futuro.

Pero, ¿cuál es el mensaje de un arte afiligranado, un objeto de gran formato en forma de nube llena de sensores? "Es un ejemplo de arquitectura viva", explica Stefanie Holzheu, asesora del laboratorio.

"La obra reacciona a todos los que se acercan. ¿Será que en el futuro, cuando volvamos a casa, nuestras cuatro paredes sentirán nuestro pulso y nos pondrán música de relajación o nos lanzarán un saco con guantes de boxeo desde techo?

La fantasía al menos funciona bien en el Futurium. ¿Por qué el futuro de la vida debe consistir sólo en hormigón o parecer tan estéril como en el caso de la nave espacial "Enterprise"? Este es el tipo de juegos de reflexión al que el museo quiere invitar en todas sus áreas.

¿Pero cómo funciona esta cabina electoral clarividente? "Escaneamos los retratos de todos los miembros del Bundestag (Parlamento alemán) y asumimos que todos votarían por su propio partido", indica Holzheu.

El ordenador utiliza su cámara para comparar las caras de los visitantes con este conocimiento programado. Sin embargo, el algoritmo no revela cómo toma sus decisiones sobre las preferencias del partido.

Lo que la inteligencia artificial puede o debería ser capaz de hacer es sólo una de las muchas cuestiones en juego en el Futurium de Berlín.