El "Foro Nuevo", el llamamiento que transformó a la extinta RDA

Por Birgit Zimmermann (dpa)
Berlín/Leipzig, 7 sep (dpa) - Fue una comprobación simple, tipeada en una máquina de escribir de viaje, la que asestó a la dictadura de la extinta República Democrática Alemana (RDA) un duro golpe hace 30 años.


"En nuestro país, la comunicación entre el Estado y la sociedad está visiblemente interrumpida", afirmaba la primera oración del llamado fundacional del movimiento opositor Foro Nuevo en la RDA.

Establecido el 9 y 10 de septiembre de 1989 en Grünheide, cerca de Berlín, y formulado por un círculo de personas liderado por la defensora de los derechos humanos Bärbel Bohley (1945-2010), el "Llamamiento 89" de página y media se propagó rápidamente. En poco tiempo, el Foro Nuevo aglutinó a miles de seguidores.

"Creo que con nuestro accionar rompimos el hielo y acercamos a mucha gente a tomar la decisión de decir: vamos a terminar con esta cobardía y decir lo que pensamos", relata Sebastian Pflugbeil. El físico formó parte de los 30 primeros firmantes del llamamiento.

Recuerda que en el verano del '89 estaba ampliamente extendida la sensación de que las cosas no podían seguir así en la RDA. Existían el fraude electoral comprobado de la primavera (boreal), una economía demasiado débil, la creciente ola de personas que se iban del país. Y sobre eso, de acuerdo con el mensaje central del llamamiento, era necesario hablar.

El historiador Rainer Eckert, ex director del Foro de Historia Contemporánea de Leipzig, en el este de Alemania, afirma que uno de los mayores méritos del Foro Nuevo es que fue el primero en tratar de salir a hablar en público con nombre y apellido, más allá de la oposición que debatía en privado y en el ámbito protegido de las iglesias.

"Había consenso en renunciar a la protección diplomática de las estructuras de la iglesia para discutir abiertamente los problemas existentes, y teníamos la sensación de que eso tenía que pasar de una vez", rememora Pflugbeil.

"El llamamiento fue una oferta de diálogo y fue revolucionaria en sus efectos", comenta Eckert. "Era la oferta de superar el silencio. Al mismo tiempo, naturalmente, desafió a la dictadura", señala. Unas 200.000 personas se sumaron al Foro Nuevo.

La pintora Bärbel Bohley llevaba una lista junto al teléfono, en el pasillo de su casa. "Pero las cosas fueron tan rápido que pronto tenía la pared prácticamente negra de todo lo que había anotado", cuenta Pflugbeil.

El historiador Eckert recuerda que animarse a salir del anonimato fue extremadamente peligroso. "Hoy en día ya nadie lo puede imaginar. Pueden salir a la calle y decir lo que quieren. No pasa nada. Antes no se podía hablar libremente", explica.

A los primeros firmantes del llamamiento no les sucedió nada. El historiador Eckert opina que la dictadura ya estaba demasiado débil y aun más sorprendida. Cree que también puede haber contribuido a ello que El Foro Nuevo fuese una oferta de diálogo y no un llamado al derrocamiento del régimen comunista.

Con el correr del tiempo y la caída del Muro de Berlín, el Foro Nuevo fluyó más tarde, en parte,a través la agrupación política Alianza 90, en el partido Los Verdes.