¿Cuán radical es la protesta climática en Alemania?

Por Nico Pointner (dpa)
Stuttgart, 28 sep (dpa) - Podría ser un otoño boreal caliente, y no sólo por las consecuencias directas del cambio climático. Cuanto más grande es la protesta medioambiental en las calles alemanas, más ciudadanos la sentirán muy de cerca.


Hace una semana, los activistas por la "huelga climática" mundial paralizaron el tránsito en varias ciudades importantes y enfurecieron a los conductores desde Stuttgart hasta Berlín.

En Hamburgo fueron desplegados carros hidrantes, aunque no tuvieron que entrar en acción. En Fráncfort, los manifestantes ingresaron a la tradicional Paulskirche (Iglesia de San Pablo). En Stuttgart, los seguidores de una agrupación anticapitalista bloquearon una sucursal bancaria del Deutsche Bank.

Al margen de las grandes manifestaciones, la desobediencia civil también está aumentando en nombre de la lucha contra el cambio climático en Alemania. Los activistas de la agrupación "Sand im Getriebe" (Arena en el engranaje) bloquearon recientemente la entrada principal del Salón del Automóvil (IAA) en Fráncfort y pusieron consignas en las calles.

En el aeropuerto de Stuttgart, los manifestantes contra el cambio climático lanzaron aviones de papel en la sala de los mostradores de las aerolíneas. En el barrio de Schwabing de Múnich, colocaron pegatinas a decenas de vehículos todoterreno con la leyenda "¡Apestas!". "Este es un fenómeno nuevo para nosotros", dice un portavoz de la policía de Múnich.

En algunos casos, las acciones en nombre de la protección del clima van aún más lejos. Tras los incendios en las instalaciones ferroviarias de Berlín hace unos días, una posible carta de apoyo apareció en la red, señalando también una campaña a favor de la protección climática. "Una verdadera huelga general también incluye bloqueos y acciones de sabotaje", dice. ¿Cuánto potencial de agresión hay en la lucha por el clima?

El movimiento "Fridays for Future", iniciado por la activista sueca Greta Thunberg, pone a la política bajo una gran presión. La protesta se ha mantenido hasta ahora en gran medida pacífica. Los alumnos y estudiantes llevan meses bailando, tocando tambores, cantando y dando brincos en la lucha contra la inminente catástrofe climática. Con eslóganes imaginativos ("Este planeta se está calentando más que mi novio", "Vuelos de corta distancia sólo para abejas") despiertan la simpatía del público.

Pero a la vez, la decepción y la frustración entre los activistas está creciendo. Según los organizadores, 1,4 millones de personas se manifestaron en Alemania hace una semana. Al mismo tiempo, el Gobierno presentó los puntos clave para una mayor protección del clima, que el movimiento climático consideró una "bofetada en la cara". Cuanto más tiempo pase en Alemania sin que se implementen las demandas, a veces aparentemente radicales, más radical podría llegar a ser el propio movimiento.

Carla Reemtsma es una de las caras más famosas del movimiento "Fridays for Future" en Alemania. La joven afirma que la agudeza de la protesta es un tema recurrente en el movimiento y no hay una posición uniforme. En general, dice Reemtsma, se quiere limitar más a la huelga escolar.

La estudiante de política de 21 años asegura entender a la gente que ha estado en huelga en las calles durante ocho o nueve meses y se da cuenta de que no está pasando nada en términos de política climática. "Nos solidarizamos con la gente que utiliza la desobediencia civil para aumentar la vehemencia", dice.

Pero incluso bloqueos pacíficos pueden dañar la imagen y alejar a los seguidores. ¿Cuánto tiempo se mantendrán calmos los conductores que están atascados cuando regresan del trabajo, pese a recibir galletas y palabras cálidas de los manifestantes? No se puede descartar que la presión sobre las calles aumente, dice Reemtsma, aún pese a que ello lleve a perder las simpatías del público.