El presidente de El Salvador descarta conversaciones con pandillas criminales

VOA - INGLÉS
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, descartó las negociaciones con bandas criminales el martes y prometió perseguir sus finanzas en un intento por reducir la violencia en el país centroamericano.


Bukele, de 37 años, asumió el cargo este mes prometiendo reducir la tasa de homicidios y reducir la pobreza, la corrupción y la migración masiva a los Estados Unidos.

"No estamos abiertos a dialogar con grupos criminales", dijo el rebelde político que terminó tres décadas de gobierno bipartidista con su victoria electoral en febrero.

"No hemos recibido comunicaciones de las pandillas y tampoco esperamos ninguna", dijo Bukele en una ceremonia de juramento para su viceministro de Justicia.

El Salvador es uno de los tres países de América Central, junto con Guatemala y Honduras, que ha visto a miles de migrantes desesperados huir de la violencia de las pandillas y las sombrías perspectivas económicas en los últimos dos años.

La semana pasada, el director de la fuerza policial prometió hacer más para combatir al crimen organizado y dijo que estaba atacando áreas peligrosas para recuperar el territorio de las pandillas, capturar a sus líderes y confiscar armas, dinero ilícito y drogas.

"Queremos que las pandillas se queden sin sus ingresos en efectivo para que les resulte muy difícil mantener sus organizaciones", dijo Bukele, sin dar detalles.

El gobierno culpa a las pandillas por la violencia, incluso cuando grupos de derechos acusan a la policía de llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales y otras violaciones de derechos en enfrentamientos con miembros de pandillas.

El Salvador sigue siendo uno de los países más violentos del mundo, aunque la policía informó que el número de asesinatos en la primera mitad del año se redujo en aproximadamente un 12% a poco más de 1.400.

El año pasado, el país registró una tasa de homicidios de más de 50 homicidios por cada 100.000 habitantes, una de las tasas más altas en todo el mundo, según datos de las Naciones Unidas.

Las pandillas "maras" de El Salvador, organizaciones criminales internacionales involucradas en el narcotráfico y la extorsión que tienen alrededor de 70,000 miembros, a menudo han sido acusadas de estar detrás de los asesinatos.

Los gobiernos anteriores han tratado de negociar una tregua duradera pero con poco o ningún éxito.

La pandilla más grande de El Salvador, Mara Salvatrucha (MS-13), ha flotado en el pasado la posibilidad de frenar la violencia a través del diálogo, y los representantes de la pandilla incluso han ofrecido a Bukele algún apoyo público.