La industria automovilística alemana mantiene su capacidad inventiva

Múnich, 31 may (dpa) - Los fabricantes y proveedores germanos de automóviles siguen estando muy por delante en las solicitudes de patentamiento tanto para motores de combustión tradicionales como para híbridos y eléctricos, se desprende de un nuevo reporte anual difundido hoy por la Oficina Alemana de Patentes y Marcas (DPMA).


El informe indica que el 47 por ciento de todas las patentes presentadas en 2018 ante la Oficina de Patentes alemana o europea para motores de combustión interna con vigencia en Alemania también procedían de empresas germanas.

Muchos de estos inventos apuntan a la reducción de costos y consumo, por ejemplo con la purificación de nitrógeno en los gases de combustión de motores diésel.

En el caso de motores eléctricos, el 39 por ciento de las solicitudes de patentamiento se originó en empresas alemanas, y en el caso de los híbridos, el 36 por ciento.

En total, ambas autoridades de patentamiento registraron un total de 4.052 solicitudes para motores de combustión interna con efecto en Alemania en 2018. La cifra fue además de 3.168 para los motores híbridos y de 459 para los eléctricos.

"La alta fuerza innovadora ininterrumpida de los fabricantes alemanes en las diferentes tecnologías de propulsión es muy gratificante", consideró la presidenta de DPMA, Cornelia Rudloff-Schäffer.

Otro dato para el análisis es que el estado federado de Renania del Norte-Westfalia ocupa el primer lugar, por delante de Sajonia, en las solicitudes de patentes presentadas por universidades alemanas.

Los investigadores de Renania del Norte Westfalia presentaron durante el año pasado 129 patentes, frente a 77 de sus colegas sajones. En tercer y cuarto lugaron siguieron Baden-Wurtemberg, con 69, y Baviera, con 60.

De todas maneras, las solicitudes de patentes ante la Oficina Alemana de Patentes y Marcas no brindan un panorama completo, ya que algunas universidades patentan los inventos de sus investigadores ante la Oficina Europea, asimismo con sede en Múnich.

También sucede que los científicos crean nuevas start-ups y registran sus patentes bajo su propio nombre, si apuntan a una explotación comercial.