Una vida dedicada a la música: Georg Ratzinger cumple 95 años

Por Paul Winterer (dpa)
Ratisbona (Alemania), 15 ene (dpa) - ¿Qué hace un sacerdote católico al cumplir 95 años? Pues celebrar la misa por la mañana como cualquier otro día del año. Pero en el caso del ex director de música eclesiástica Georg Ratzinger, hermano del papa emérito Benedicto XVI, el obispo vendrá de visita y participará en la ceremonia en la capilla privada del clérigo que festeja su cumpleaños hoy 15 de enero.


A los 81 años, Ratzinger ya era un hombre mayor cuando su vida cambió radicalmente otra vez. De un día para el otro -era el 19 de abril de 2005-, se convirtió en el hermano del papa. "Yo esperaba que no me tocase beber de ese cáliz", señaló en aquel momento y agregó casi con obstinación: "Aún cuando mi hermano ahora es papa, para mí sigue siendo 'el Joseph'". Cuando Benedicto abdicó el 11 de febrero de 2013 por razones de salud, su hermano Georg comentó sin rodeos: "La edad pesa".

Antes de ser elegido papa, Joseph Ratzinger viajaba varias veces al año a Ratisbona, pero ahora es el hermano mayor del ex pontífice quien se desplaza a Roma. Los hermanos Ratzinger pasan días juntos en la residencia del papa emérito en los jardines del Vaticano, porque ambos no quieren que la gran distancia haga mella en la estrecha relación que mantienen. Y cuando no pueden verse, hablan casi a diario por teléfono.

Georg y Joseph Ratzinger fueron ordenados sacerdotes católicos el 29 de junio de 1951. Mientras que Joseph pronto se dio a conocer como erudito en teología, el hermano mayor comenzó a estudiar música en forma paralela y fue nombrado posteriormente director de los coros y la orquesta de la catedral de Ratisbona.

Allí dirigió hasta 1994 al famoso coro de niños "Domspatzen" durante sus conciertos en todo el mundo. Cuando hace nueve años salieron a la luz casos de abusos entre los integrantes del coro, Georg Ratzinger se disculpó por haber dado una bofetada a uno de los niños.

Georg Ratzinger está casi ciego desde hace años debido a una afección ocular y también tiene dificultades para caminar. El sacerdote no tiene deseos materiales con motivo de su 95 cumpleaños, sólo espera "que el paso a la vida eterna no sea demasiado dificultoso", y se alegra de recibir por teléfono los saludos de su hermano, a quien vio por última vez personalmente para la Nochevieja en Roma.