El Papa Francisco y la FAO denuncian los abusos laborales en la industria pesquera

FAO

En el Día Mundial de la Pesca, llamamiento para apoyar los derechos humanos y hacer que la pesca sea socialmente sostenible


21 de noviembre de 2018, Roma - Las prácticas ilegales e inhumanas en el sector pesquero mundial deben ser eliminadas y reemplazadas por otras sostenibles para apoyar los medios de vida de una de cada diez personas en el planeta, pidieron hoy en una declaración conjunta la FAO y el Vaticano.

“Transmitimos un mensaje conjunto que insta a poner fin a la violación de los derechos humanos dentro del sector pesquero, y pedimos que cese la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR)”, aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, en un evento con motivo del Día Mundial de la Pesca.

Graziano da Silva añadió que existen remedios, soluciones e instrumentos legales internacionales como el Acuerdo sobre medidas del Estado rector del puerto de la FAO para salvaguardar un sector que ofrece una enorme cantidad de oportunidades de elevado valor, pero que a menudo perjudica a los más vulnerables.

“Los pescadores piden ayuda ... y no podemos hacer oídos sordos ni permanecer en silencio”, señaló el Cardenal Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio del Vaticano para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Al recordar los frecuentes informes que denuncian trabajo forzoso, trata de personas y desapariciones en el mar, Turkson añadió que “vemos vínculos directos entre todos estos abusos y el uso de banderas de conveniencia, pesca INDNR y delincuencia transnacional”.

El evento conjunto de hoy ha tenido como objetivo enfatizar que los derechos laborales son derechos humanos y explorar formas de coordinar la lucha contra la trata y el trabajo forzoso en el sector pesquero.

En esta iniciativa participó también la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuyo Director General Adjunto, Moussa Oumarou, quien denunció que “las prácticas fraudulentas de contratación, trabajo infantil, ausencia de acuerdos escritos, retención de salarios, listas negras, violencia, intimidación y otras condiciones de trabajo abusivas” abundan en el sector y socavan los esfuerzos de los actores de la industria que sí respetan las reglas.



Proteger los derechos en el sector pesquero


Existen muchos frentes en los que pueden coordinarse los esfuerzos internacionales para combatir los abusos laborales en el sector pesquero.


Uno destacado es la aprobación y cumplimiento del Convenio 188 de la OIT sobre el trabajo en la pesca, diseñado para garantizar que los más de 38 millones de personas que trabajan en la pesca de captura a nivel mundial cuenten con seguridad y atención sanitaria, contratos de trabajo escritos y la protección de la seguridad social. Hasta el momento, ha sido ratificado por 12 países, y será suscrito este año por Namibia y Senegal.



Otra oportunidad importante se presenta con el Acuerdo de la FAO sobre medidas del Estado rector del puerto, ya en vigor y que tiene como objetivo erradicar la pesca INDNR, que supone una parte relevante de toda la pesca de captura en el mar. Otorga a las autoridades portuarias poderes para inspeccionar busques pesqueros - relacionados habitualmente con casos de tráfico de personas, abusos laborales y esclavitud-, y por tanto “permite controles más efectivos para asegurar que no se violen los derechos humanos de las tripulaciones”, señaló Graziano da Silva, instando a los países que aún no han suscrito el acuerdo a que lo hagan.



El Cardenal Turkson se lamentó de que “el número de gobiernos que han ratificado los instrumentos internacionales continúa siendo muy reducido” y pidió a los organismos internacionales a que redacten una “hoja de ruta” para una aprobación más rápida y generalizada, afirmando que “si el acuerdo es ratificado e implementado íntegramente por todos los Estados, podría cambiar de forma drástica la vida de los trabajadores del sector pesquero, sus familias y el estado medioambiental de los recursos de la pesca”.



El Código de Conducta de la FAO para la Pesca Responsable , aprobado en 1995, ha inspirado diversos instrumentos y directrices de apoyo adicionales, entre los que se incluyen las Directrices voluntarias de la FAO para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala, que tienen un gran potencial para reforzar los derechos humanos de las comunidades dedicadas a la pesca artesanal.



La FAO está elaborando también unas directrices sobre responsabilidad social en las cadenas de valor de los alimentos marinos, que se presentarán a examen ante el Comité de Pesca de la FAO (COFI, por sus siglas en inglés) en 2020.



“Mediante la colaboración internacional y la implementación de acuerdos internacionales, podemos poner fin a todas las formas de esclavitud moderna en el sector pesquero”, concluyó Graziano da Silva. “La FAO –añadió- espera poder lograr que esto sea una realidad”.


Esperanza Azul


En un esfuerzo por transformar las comunidades de la ribera sur del Mediterráneo en motores de estabilidad y crecimiento, la FAO también apoya la Iniciativa Esperanza Azul, aplaudida por el Papa Francisco. Tiene como objetivo en especial apoyar la pesca en pequeña escala, amenazada por el cambio climático, la pobreza, las tendencias migratorias, la urbanización y otros factores.

La nueva iniciativa se puso en marcha el mes pasado en comunidades piloto en Argelia, Túnez y Turquía.