Alemán Alexander Zverev da un paso gigante en el mundo del tenis

Por Nate Williams y Wolfgang Müller (dpa)
Londres/Berlín, 19 nov (dpa) - Boris Becker no tiene dudas: Alexander Zverev es el mejor de la nueva generación. La gran pregunta que se hace el tenis, sin embargo, es si el alemán podrá arrebatar en el corto o mediano plazo el mando a la "vieja guardia" comandada por Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer.


El alemán dio el domingo un paso de gigante en esa dirección al vencer a Djokovic en la final del Masters de Londres para conquistar el mayor título de su carrera. Con apenas 21 años, Zverev puede presumir de tener ya tres títulos de Masters 1000 y una victoria en las Finales de la ATP, la habitualmente conocida como Copa de Maestros.

"Sascha ha logrado convertirse definitivamente en una estrella con este triunfo", aseguró hoy el legendario Becker, el último alemán que había ganado el Masters (1995). "El título de Londres muestra que es el más grande de la nueva generación", señaló el actual jefe del tenis masculino alemán.

Su conquista en la capital británica, donde Zverev batió en un mismo fin de semana a Federer y Djokovic, da un enorme impulso a un jugador que vivió un 2018 con altibajos (para lo que eran sus expectativas). El alemán ganó cuatro títulos, incluyendo además del torneo de Londres el Masters 1000 de Madrid, y acaba en el cuarto lugar del ranking, pero volvió a fallar en los Grand Slams, su cuenta pendiente.

Zverev aún no pudo superar la barrera de los cuartos de final en uno de los cuatro grandes certámenes del circuito, instancia que alcanzó este año en Roland Garros. Pero visto su nivel, parece ser una cuestión de tiempo.

Así lo cree Djokovic, que consideró que el alemán está en condiciones de ganar numerosos Grand Slam. Incluso, al punto de superar los 14 que actualmente tiene el serbio.

"Espero que pueda superarme. Sinceramente lo digo. Es una persona muy agradable y con mucha dedicación por el trabajo", destacó el número uno del mundo tras su derrota en la final. "Veo muchas similitudes entre su trayectoria profesional y la mía", indicó el serbio, que ganó en 2008 el primero de sus cinco Masters a la misma edad que tiene hoy el alemán.

Según dijo Zverev al comienzo de la semana, el Masters se encuentra para él "casi al mismo nivel que un Grand Slam". La victoria en Londres podría suponer por ello un cierto alivio para el autoexigente alemán, aunque también implicará mayores responsabilidades.

"Ahora será uno de los favoritos en cada Grand Slam", consideró Djokovic. Pero Zverev pide calma.

"Un momento, ellos son el número uno, dos o tres del mundo y por lo tanto los mejores", dijo el alemán sobre Djokovic, Nadal y Federer antes de referirse puntualmente a su rival del domingo. "Yo he ganado uno de estos (apuntando al título de Masters). Él tiene cinco. Y luego, no sé, unos 148 trofeos más que yo. No vayamos por ahí por ahora".

El año pasado, vale la pena recordar, Grigor Dimitrov ganó invicto el Masters y acabó la temporada como tercero del ranking. Doce meses después, sin embargo, el búlgaro ni siquiera logró clasificarse el torneo que reúne a los ocho mejores de la temporada.

"Todavía tengo mucho por mejorar. Todavía soy muy joven", dijo un Zverev que está aprendiendo a no cargarse con un exceso de presión.

Con el mítico Ivan Lendl como entrenador, Zverev está encontrando la calma que no supo conseguir en su turbulento trabajo con el español Juan Carlos Ferrero, con quien acabó su cooperación a principios de año en medio de duros reproches.

Más centrado dentro de la pista y más estable emocionalmente, el alemán de 1,98 metros luce listo para dar el gran golpe que el tenis lleva esperando desde hace tiempo. E imitar, por ejemplo, lo que el propio Lendl consiguió en su momento con el británico Andy Murray, al que llevó a ganar sus primeros títulos de Grand Slam.

Pero, de momento, será tiempo de unas vacaciones en Dubai y las Maldivas para Zverev. Y luego sí, a partir del 2 de diciembre por la mañana, comenzar a entrenar de cara a un 2019 en el que el mundo del tenis lo estará observando atentamente.