Japón insta a Myanmar a realizar una investigación creíble sobre los Rohingya


VOA

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, dijo al líder de Myanmar el martes que una investigación creíble de las presuntas violaciones de derechos humanos contra los musulmanes rohingya es clave para resolver las tensiones en el estado de Rakhine.

Abe dijo en una conferencia de prensa conjunta después de mantener conversaciones con Aung San Suu Kyi que Japón apoyará los esfuerzos de Myanmar para acomodar a los rohingya que regresan a casa desde los campos de refugiados en la vecina Bangladesh.

"Este problema es complicado y serio, y Japón pensará con Myanmar y apoyará sus esfuerzos para resolver el problema", dijo Abe. "Una investigación creíble por el panel independiente es particularmente importante".

El ejército de la mayoría budista de Myanmar está acusado de violaciones generalizadas de derechos, como violaciones, asesinatos, torturas y pueblos incendiados, que enviaron a cerca de 700.000 rohingya a Bangladesh desde agosto del año pasado.

El gobierno de Suu Kyi ha rechazado investigaciones internacionales independientes sobre los supuestos abusos y ha encargado su propia investigación.

Suu Kyi acordó el martes la importancia de una investigación "precisa y apropiada". Ella defendió el panel comisionado por el gobierno como libre y efectivo, y sus miembros, uno de Japón y Filipinas y dos de Myanmar, como expertos en derechos humanos y asuntos internacionales.

"Agradezco el apoyo de Japón a nuestros esfuerzos por el regreso de los refugiados", dijo Suu Kyi, quien se encuentra en Tokio para una cumbre regional de seis naciones del Mekong organizada por Japón.

Myanmar encargó al panel que grupos de derechos pidieron a la Corte Penal Internacional que investigue los supuestos abusos. El gobierno de Myanmar, que no es miembro del tribunal de La Haya, rechazó cualquier participación en sus procedimientos.

Las autoridades de Myanmar, incluido el ejército, llevaron a cabo sus propias investigaciones y declararon a sus fuerzas libres de acciones criminales, lo que llevó a los críticos a tratar a la última comisión formada por el gobierno como un esfuerzo por encubrir lo que las Naciones Unidas caracterizan como la limpieza étnica de los rohingya.