China defiende el internamiento masivo de minorías étnicas musulmanas

VOA

China está defendiendo su internamiento masivo de minorías étnicas musulmanas, diciendo que está evitando el terrorismo ayudándoles a mejorar sus habilidades laborales, enseñándoles el idioma mandarín y animándoles a aceptar la ciencia moderna.

Un alto funcionario chino presentó ese argumento en un informe publicado el martes, la última acción en una amplia campaña para defender su internamiento de uigures, kazajos y otras minorías frente a las crecientes críticas.

El informe, publicado por la agencia de noticias china Xinhua, dijo que la visión del Partido Comunista gobernante para la región occidental de Xinjiang es la asimilación de los grupos étnicos indígenas de Asia Central a la cultura china y su introducción a un estilo de vida "moderno".

El gobernador Shohrat Zakir dijo en el informe que el internamiento extrajudicial de los musulmanes era un esfuerzo para proporcionar "capacitación vocacional gratuita" en los centros. Dijo que se les paga un "ingreso básico" durante la capacitación y que se les proporciona comida y alojamiento gratis.

El Partido Comunista de China ha resistido la presión occidental relacionada con los campos de internamiento. La resistencia es vista como un indicio de la creciente fe de China en el presidente Xi Jinping, el líder más poderoso del país en décadas.

China ha insistido en que su vasto programa de vigilancia y persecución policial es necesario para contrarrestar el extremismo latente y mantener la estabilidad.

Los ex detenidos han descrito las instalaciones como campos de adoctrinamiento político donde fueron obligados a condenar al Islam y declarar lealtad al Partido Comunista.

Los uigures de habla turkik han resentido las restricciones a sus prácticas religiosas y se han quejado de la discriminación generalizada en el mercado laboral y de la obtención de acceso a los pasaportes.

Las Naciones Unidas estiman que aproximadamente 1 millón de uigures, kazajos y otras minorías han sido detenidos arbitrariamente en China. La ONU dijo en agosto que las detenciones eran "profundamente perturbadoras".

El informe de los Estados Unidos precedió a un estudio del Congreso de los Estados Unidos publicado la semana pasada que concluyó que la protección de los derechos humanos en China ha estado en una "trayectoria descendente en prácticamente todas las medidas" desde que el presidente Xi asumió el poder en 2012.

La comisión bipartidista del Congreso y la Comisión Ejecutiva en China acusó a Beijing de iniciar una campaña "sin precedentes" para reprimir a las minorías étnicas y dijo que tales abusos "pueden constituir crímenes contra la humanidad".

El informe de la comisión propuso una legislación que insta al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a condenar las "violaciones graves" de los derechos humanos en la región de Xinjiang y que Trump presione Xi para cerrar inmediatamente los "campos de reeducación política".