La FAO pide ayuda para los refugiados rohingya y las comunidades de acogida en Bangladesh

Al acercarse la temporada de los ciclones y el monzón, es fundamental proteger y restaurar los medios de vida de la población vulnerable y reducir el impacto ambiental


4 de mayo de 2018, Roma - La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha hecho un llamamiento solicitando 8,3 millones de dólares EEUU para apoyar a los refugiados rohingya y las comunidades de acogida -cerca de 1,2 millones de personas-, en Bangladesh, ya que el inicio de la temporada de ciclones y lluvias monzónicas pone a comunidades ya de por si vulnerables, en situación de mayor riesgo.



La magnitud de la crisis de refugiados -cerca de 900,000, más del doble de la población local de Cox's Bazar- ejerce una gran presión sobre las comunidades de acogida, ya que la población compite por los ya escasos recursos naturales, alimentos, combustible y trabajo.



La creciente necesidad de talar los bosques para obtener leña ha estado agotando los recursos ambientales, lo que intensifica el riesgo de peligrosos deslizamientos de tierra e inundaciones repentinas durante la temporada de monzones de este año.



“La FAO está muy preocupada, porque si no invertimos ahora en esfuerzos de recuperación ambiental, esta situación puede tener consecuencias a corto y largo plazo y solo hará empeorar una tragedia humana que ya resulta devastadora”, advirtió Peter Agnew, Coordinador de Emergencias de la FAO en Bangladesh.



“Vemos como los precios de los alimentos suben y los sueldos diarios bajan, de 6 a 2 dólares EEUU, y una fuerte competencia por la leña y los alimentos. Los miembros de la comunidad anfitriona nos dicen - añadió Agnew- que esta situación está creando gran tensión en sus familias. Sencillamente, no hay suficiente trabajo y recursos para todos. Necesitamos crear oportunidades para que las personas reconstruyan sus medios de subsistencia y se alivien las crecientes tensiones sociales, o podríamos enfrentarnos pronto con una crisis adicional dentro de la crisis”.



La FAO está solicitando 8,3 millones de dólares EEUU para proteger y restaurar los medios de subsistencia de las poblaciones vulnerables, mitigar la tensión social y llevar a cabo actividades de recuperación ambiental y producción agrícola a más largo plazo.



Hasta la fecha, la FAO solo ha recibido 1,5 millones del total de 9,8 millones que requiere urgentemente para 2018.



Los fondos permitirán a la FAO crear viveros y rehabilitar áreas forestales degradadas y evitar así una mayor degradación ambiental y restablecer la base de recursos naturales; proporcionar oportunidades de empleo a las comunidades de acogida en actividades de rehabilitación ambiental; continuar apoyando a estas comunidades para incrementar su producción alimentaria, brindándoles capacitación, semillas y herramientas; y mejorar la nutrición de los refugiados y sus anfitriones.



La FAO está asociada con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para mejorar la situación tanto de los refugiados como de las comunidades de acogida. A medida que estas comunidades aumenten su producción de alimentos, ello no solo cubrirá sus propias necesidades, sino que les proporcionará ingresos adicionales, ya que pueden vender su excedente de producción, que será distribuido entre los refugiados.



El apoyo de la FAO hasta ahora



Para ayudar a las comunidades a enfrentarse mejor a la temporada de ciclones y a las lluvias monzónicas, la FAO distribuye material para preservar la inocuidad alimentaria, que incluye contenedores de almacenamiento resistentes al agua de 60 litros de capacidad, donde se pueden almacenar las reservas de alimentos, semillas y artículos valiosos, como documentos personales. Este material incluye también herramientas, semillas y fertilizantes para que las familias puedan cultivar hortalizas y consumir alimentos de gran valor nutritivo.



La FAO se preocupa igualmente de la disponibilidad de alimentos a nivel comunitario. En el primer trimestre de 2018, distribuyó semillas de calidad, bombas de agua de gran eficiencia y motocultores a grupos de campesinos entre las comunidades de acogida, para que no se pierda la cosecha de este año y puedan producir más alimentos.



La Organización de la ONU proporcionó asimismo capacitación para mejorar la producción agrícola; facilitó el acceso a los mercados; y desarrolló la capacidad de los grupos de agricultores para producir y comercializar sus productos.



Las actividades de la FAO van más allá de la respuesta de emergencia y contribuyen a reforzar la resiliencia de las comunidades.