¿Es Macron “el presidente de los ricos”?

RFI - Reuters / Charles Platiau

Un año después de su llegada a la presidencia, un mote se le ha pegado al jefe de Estado, el de “presidente de los ricos”. Mientras el país vuelve a crecer y el desempleo retrocede, el mandatario enfrenta críticas por parte de quienes estiman que su política beneficia sobre todo a las clases pudientes.


El diario de izquierda francés resume en portada lo que muchos de sus detractores opinan del mandatario. “Un año de Macron. La derecha al fin tiene a su presidente”. Para el matutino, aunque el candidato afirmaba que no era “ni de derecha ni de izquierda”, se trata de un dirigente que gobierna el país como alguien “bien de derecha”.

A diferencia de su antecesores, como Nicolás Sarkozy que padeció la crisis económica mundial de 2008 y François Hollande, que recién vio los frutos de sus reformas y el regreso del crecimiento internacional con el fin de su mandato, Macron llegó al poder con una coyuntura global significativamente mejor. Hoy, el crecimiento económico es el mayor en los últimos seis años, una duplicación del PIB en 2017 y un retroceso del desempleo masivo en Francia. Aunque la situación mundial y europea en particular sonríe a Francia, analistas destacan un “efecto Macron” en el sector empresarial, que ve con buenos ojos a este mandatario “pro negocios”.

Esta imagen tiene su reverso, el reproche de que la pujanza económica no se traduce por un reparto equitativos y que los principales beneficiados del primer año de Macron en el poder sirvió sobre todo a quienes más tienen.

“Cuando les preguntamos a los franceses para quién gobierna Emmanuel Macron y su gobierno, la respuesta es muy clara: más del 76% considera que gobierna para las clases más acomodadas de la sociedad francesa”, afirma director adjunto del Departamento de Opinión de la encuestadora Ispos, Federico Vacas.


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“Cuando les preguntamos cuáles son las medidas que le generan más descontento, vemos aparecer, por un lado el aumento de los impuestos de manera general, pero también de manera muy específica, la ausencia de lucha contra las desigualdades sociales. En este sentido, todo lo que ha sido percibido como reducción de impuestos para los sectores más ricos de la sociedad francesa es algo que ha marcado claramente a los franceses y en particular a cierto electorado de centro izquierda que le ha dado su voto en la primera y en la segunda vuelta de la elección presidencial”, subraya.

La modificación del impuesto a la riqueza, llamado ISF (por sus siglas en francés) y la reducción de ayudas a sectores más vulnerables reforzaron esta impresión.

“Una de las medidas que aparece como la más negativa para los franceses es la disminución de lo que ese llama aquí la APL, un subsidio que daba el Estado francés para la vivienda y en particular para los estudiantes”, subraya Vacas.

Esta opinión pesa en el sentir general de una mayoría de los franceses, que dicen tener una imagen “negativa” de Macron, mientras que el 45% celebran el balance de su primer año, según una encuesta de Ipsos-Sopra Steria publicada por Le Monde.

Es justamente el aspecto de la política social de Macron lo más cuestionado de su primer año. El 78% estima que en lo que se refiere a la reducción de las desigualdades y el poder adquisitivo, el gobierno va en el sentido equivocado. Las protestas por la reformas del sistema del estatuto de los trabajadores ferroviarios, la huelga de Air France o las manifestaciones estudiantiles también ensombrecen su imagen en el plano de la política interior francesa.

Para matizar este cuadro, cabe recordar que tras su primer año en el poder, François Hollande y Nicolas Sarkozy tenían una peor imagen que Macron.