Alerta en Dresde por problemas al desactivar una bomba de la guerra

Por Jörg Schurig y María Prieto (dpa)
Dresde, 24 may (dpa) - Las complicaciones surgidas durante la desactivación de una bomba de la Segunda Guerra Mundial en la ciudad alemana de Dresde, en el este del país, desataron hoy una gran alarma que obligó incluso a cerrar el espacio aéreo por motivos de seguridad.


La detonación fallida del artefacto, que tan solo estalló parcialmente tras la intervención de los artificieros, hizo temer a las autoridades que a posteriori se pudiese producir una nueva explosión descontrolada.

"En la actualidad el riesgo es verdaderamente alto y nos resulta imposible evaluar la situación", señaló la Policía en su perfil de la red social Twitter a primera hora del jueves.

"La situación es complicada y nuestros especialistas solo pueden acercarse una vez que no haya fuego y el área se haya enfriado", agregó.

Avanzada la mañana, las fuerzas de seguridad anunciaron su intención de utilizar un robot de la brigada de bomberos para extinguir el fuego que se había originado alrededor del artefacto parcialmente detonado y para rebajar su temperatura.

"En un segundo momento, una excavadora blindada debe acercarse y retirar el material aislante que ha sido quemado. Así tendremos la posibilidad de ver la bomba y evaluar el potencial de riesgo", explicó Thomas Geithner, de la Policía de Dresde.

La bomba, de 250 kilogramos, fue descubierta este martes en una zona de obras. Para proceder a su detonación controlada, unas 9.000 personas fueron desalojadas de sus casas y tuvieron que pasar la noche en casa de familiares o en albergues habilitados por las autoridades.

Además, por razones de seguridad, este jueves también se ha ordenado el cierre del espacio aéreo en Dresde y se han cancelado todos los vuelos que tenían previsto despegar o aterrizar en el aeropuerto de la ciudad.

Según ha trascendido, la explosión parcial de la bomba se produjo cuando los artificieros intentaron retirar el detonador de forma remota con una técnica llamada "pinza de cohete". El material aislante hecho de papel y cartón prensado que se suponía que debía absorber las ondas de presión de la detonación se incendió.

La detonación controlada de bombas es habitual en Alemania y también en Dresde, una urbe que en 1945 quedó prácticamente destruida por los bombardeos llevados a cabo por militares británicos y estadounidenses.

En 2012, la potente explosión de una bomba de la Segunda Guerra Mundial en Múnich provocó pequeños incendios en casas vecinas y la onda expansiva rompió ventanas y escaparates. Los desperfectos originados por este tipo de detonaciones no son cubiertos por los seguros, dado que las aseguradoras alemanas excluyen de sus pólizas daños causados por guerras.

Los expertos creen que en el país hay cerca de 250.000 bombas lanzadas por los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial que por algún problema técnico no explotaron en su momento.

Miles de ellas se encuentran aún bajo tierra, algunas a metros de profundidad, otras muy cerca de la superficie. Estos artefactos se encuentran, sobre todo, en la cuenca del Ruhr y la zona del Bajo Rin, pero también en grandes ciudades como Berlín, Hamburgo o Hannover.

Únicamente en Berlín las autoridades calculan que están enterradas unas 3.000 bombas, granadas y restos de municiones.

Las bombas se descubren habitualmente durante trabajos de construcción, pero también al analizarse imágenes aéreas históricas. Los expertos creen que aún se seguirán detectando artefactos explosivos sin detonar durante décadas.