Aprender del aprendizaje de las propias comunidades agrícolas

La FAO presenta una plataforma mundial que subraya los logros de las Escuelas de campo para agricultores


14 de febrero de 2018, Roma - Las Escuelas de campo para agricultores (ECA) representan un enfoque sobre la educación y la capacitación agrícolas impulsado por la propia comunidad, que tiene cada vez mayor demanda en el mundo por su capacidad para ayudar a los pequeños campesinos a hacer frente a problemáticas complejas.



Una ECA cuenta por lo general con unas treinta personas que se reúnen regularmente a lo largo de toda la temporada para identificar problemas comunes y encontrar soluciones en sus áreas de producción agrícola. Si bien tienen maestros, las escuelas están orientadas a generar conocimientos relevantes a través de la participación, lo que permite desarrollar una multitud de habilidades sociales y técnicas innovadoras. La FAO, que creó las primeras ECA a fines de la década de 1980, las apoya hoy en más de 90 países, con 70 proyectos solamente en África. En la actualidad, hay en el mundo más de 12 millones de personas que han pasado por estas escuelas.



La FAO confía en gran medida en las iniciativas de las ECA para lograr que los pequeños agricultores utilicen métodos simples, asequibles, sostenibles y eficaces para combatir la oruga tardía en África, donde esta plaga reciente supone una grave amenaza para los cultivos y la seguridad alimentaria.



“Las Escuelas de campo para agricultores contribuyen a desarrollar prácticas de agricultura sostenible, basadas en el conocimiento de la ecología para gestionar agroecosistemas complejos y promover un desarrollo centrado en las personas”, afirmó Dan Gustafson, Director General Adjunto de Programas de la FAO. “Las ECA –añadió- han estado generando innovaciones desde sus inicios. Es necesario un aprendizaje continuo e innovar para seguir abordando los nuevos retos en la agricultura”.



Las ECA impulsan de forma eficaz el enfoque de transferencia de tecnología de los programas tradicionales de extensión agrícola a un servicio de comunicación rural más amplio, que permita a los pequeños campesinos mejorar sus habilidades de gestión. En respuesta a la creciente demanda de estas escuelas, la FAO ha establecido una Plataforma global de las Escuela de campo para agricultores con más de 15 organizaciones asociadas para facilitar el acceso a mejores prácticas y conocimientos específicos.



El objetivo de la plataforma -el primero de los siete nuevos productos de conocimiento global que la FAO está desarrollando para promover la agricultura sostenible-, es fortalecer la calidad de las ECA en un momento en que están destinadas a expandirse de forma rápida. Incluye una biblioteca con recursos clave, perfiles en línea de expertos, un servicio de noticias y un grupo de debate por correo electrónico a nivel mundial para profesionales de más de 100 países.



“Los productos de conocimiento global (Global Knowledge Products) tienen como objetivo promover la innovación y apoyar a los países en sus esfuerzos por integrar la producción agrícola, ganadera, forestal, pesquera y acuícola de forma que mejore la gestión de los recursos naturales, la agrobiodiversidad, los ingresos, los medios de subsistencia y la adaptación al cambio climático”,

señaló Clayton Campanhola, Jefe del Programa Estratégico de la FAO de Agricultura Sostenible.



Numerosos beneficios de la educación comunitaria

La FAO estableció la primera ECA en el Sudeste asiático en 1989, centrada en el manejo integrado de plagas, para combatir el pulgón marrón del arroz, cuya aparición de debió al uso excesivo de plaguicidas por los productores de arroz, que eliminaron los depredadores naturales de la plaga.



El método que usan las ECA -impulsado por la comunidad- ha dado resultados positivos para una amplia gama de otros cultivos y problemas, incluidos el cambio climático, la salud del suelo, gestión de tierras y aguas, ganadería, agroforestería, sistemas acuícolas, reducción del riesgo de desastres, nutrición, desarrollo empresarial y el acceso al mercado.



Los planes de las Escuelas de campo ayudaron a los agricultores de Andhra Pradesh, India, a entender y controlar la disponibilidad de agua subterránea, lo que permitió una mejor selección de cultivos para la temporada seca. En Nepal, un enfoque en el valor de los servicios de polinización aumentó las capacidades para cultivar frutas y hortalizas de alto valor. Los participantes en una ECA en Beluchistán, Pakistán idearon formas de mejorar la producción nutricional y económica de sus huertos. El uso de plaguicidas en la provincia china de Yunnan se ha reducido en casi un tercio gracias a un proyecto de una ECA dirigido por la FAO.



Como forma de educación y capacitación continua para adultos, las ECA también han generado dividendos notables a nivel social, mejorando las competencias sociales de los participantes al impulsar la equidad de género y empoderar a quienes dependen de los medios de vida rurales. En la región de Karamoja en Uganda -después haber sufrido un conflicto-, la participación hizo que la gente trabajase junta en el campo y se les dio a más personas la oportunidad de ser escuchadas en la comunidad local. Uno de los resultados fue un gran avance en la cohesión social, ya que las mujeres aplaudieron el reconocimiento de sus opiniones y experiencia, mientras que los combatientes desmovilizados apreciaron el estatus y la estructura asociados con la participación. Algunos incluso lo encomiaron por inducirlos a un menor consumo de alcohol.



Una gran ventaja del enfoque de ECA es que se basa en el tipo de conocimiento repartido y descentralizado que permite que las soluciones se ajusten a las condiciones agroecológicas locales de una manera que no lograría ningún sistema convencional de extensión o investigación.



La transición de un enfoque de uso intensivo en insumos a otro basado en el conocimiento para la intensificación sostenible de la agricultura -requisito para que el planeta cubra la creciente demanda de alimentos- debe ser por su naturaleza específico de cada lugar. Al mismo tiempo, las Escuelas de campo ofrecen un enfoque centrado en las personas y fomentan las herramientas de alfabetización ecológica, lo que permite ofrecer respuestas apropiadas ante los cambios ambientales.



La nueva plataforma global de ECA de la FAO tiene como objetivo aportar algunos principios unificadores para lo que es de forma intrínseca una gran diversidad sobre el terreno. Como demuestra la respuesta de la FAO a la invasión de la oruga tardía en África, los programas de las ECA tienen la capacidad de aprovechar la experiencia –en especial de personas que han aprendido a vivir con la plaga en otros continentes-, y difundirla a través de una red capilar para hacer frente a una grave amenaza para la seguridad alimentaria y los medios de vida rurales. Se trata de otra forma en que la plataforma global puede añadir valor tanto a los profesionales como a los agricultores.